Un estudio realizado por Barna Group y la ONG World Vision arrojó una serie de hallazgos sobre las creencias, rutinas, miedos, relaciones y objetivos de los jóvenes Millennials y Generación Z (adultos de entre 18 y 35 años) de 25 países del mundo.

Dentro de una muestra total de 15.000 entrevistados, y tomando como foco América Latina, se observa que los jóvenes chilenos que crecieron como cristianos muestran la mayor desafección con la Iglesia (72%), seguidos por México (56%) y Colombia (50%).

Sin embargo, la medición también mostró que a pesar de que la generación estudiada se caracteriza por ser antagonista de la religión, la mayoría de sus integrantes confía bastante en la existencia de fuerzas espirituales. Incluso un 54% de los jóvenes chilenos consultados se inclinó por señalar que la religión es buena para las personas, mientras en Brasil un 76% de los encuestados se manifestó de acuerdo con esa idea.

De acuerdo con la muestra, sólo alrededor de 1 de cada 10 consultados está completamente seguro de que las fuerzas espirituales no existen. Los sentimientos de los adultos jóvenes hacia la fe específicamente son más complejos, pero se inclinan a ver la religión como buena e importante.

El estudio también abordó el descontento con el estado del liderazgo actual. En ese sentido, un 90% de los encuestados chilenos se mostró de acuerdo con la idea de que “nuestra sociedad enfrenta una crisis de liderazgo porque no hay suficientes buenos líderes en este momento”, con lo cual coincidió en 92% de los jóvenes mexicanos y un 89% de los colombianos. “Los jóvenes de nuestro país son particularmente críticos sobre el liderazgo actual en distintas instancias de la vida nacional, lo que sumado a su preocupación por la desigualdad, podría explicar el estallido social de octubre pasado”, señala Harry Grayde, director ejecutivo de World Vision Chile.

Los jóvenes también dieron cuenta de sus preocupaciones globales. Esta generación se alinea estrechamente con lo que perciben como los problemas más apremiantes que enfrenta el futuro del mundo. Casi la mitad de esta generación está involucrada, de una forma u otra, en causas que les importan.

En línea con el promedio mundial, los jóvenes encuestados en los países latinoamericanos están preocupados por la corrupción y el clima. En Brasil, el hambre emerge como un problema grave, mientras que en México destacan la urgencia de la pobreza y la educación; y en Chile preocupa la contaminación y la desigualdad.

PERFIL DE LOS ADULTOS JÓVENES

Personas de 18 a 35 años de edad en todo el mundo siguen muchas de las mismas tendencias en términos de etapa de la vida. La prioridad de su edad adulta temprana ha sido establecerse financiera y profesionalmente, ya que muchos retrasan casarse o tener hijos. Para la mayoría de la generación, la familia sigue la carrera y la educación. Los adultos jóvenes valoran construir su base vocacional antes de volverse hacia el hogar.

Mirando hacia el futuro, los adultos jóvenes apuntan a objetivos centrados en el desarrollo personal, familiar y en el seguimiento de sus sueños. La propiedad de vivienda, el matrimonio y la crianza de los hijos cobran importancia. El emprendimiento también emerge como un objetivo principal, probablemente vinculado al énfasis de terminar la educación, comenzar una carrera y obtener independencia financiera.

Así para el 67% de los colombianos sería un logro comprar una casa en un horizonte de 10 años, seguido por un 55% de los chilenos y un 53% de los mexicanos.

Iniciar un negocio también está en las aspiraciones de un 53% de mexicanos y colombianos seguido por un 49% de los chilenos.

SITUACIÓN EMOCIONAL

¿Cuál es el clima emocional de esta generación conectada?

Sus sentimientos autoinformados indican que algunos desafíos serios vienen de adentro; las batallas internas con ansiedad y miedo a menudo superan los niveles de esperanza u optimismo y obstaculizan el bienestar de los adultos jóvenes. La investigación muestra que aquellos que enfrentan ansiedad se retrasan en la conexión y la comunidad, y en consecuencia, cuando se involucran en un lugar de culto, están motivados para encontrar relaciones significativas.