Las militantes afirman que es casi imposible escapar a esos zapatos incómodos en el trabajo o incluso cuando se busca empleo. “Hoy, hemos presentado un manifiesto reclamando una ley que prohíba a los empresarios obligar a las mujeres a llevar tacones, que es una discriminación sexual y constituye acoso”, dijo Ishikawa a la prensa tras entrevistarse con responsables del ministerio de Trabajo.
Ningún responsable del ministerio reaccionó de momento a la solicitud.
Un tuit de Ishikawa quejándose de la obligación de usar tacones para conseguir empleo en un hotel se hizo viral, animándola a lanzar la campaña. En 2017, la provincia canadiense de Columbia Británica prohibió a las empresas obligar a sus empleadas a usar tacones altos, calificando esta práctica de peligrosa y discriminatoria.