La noche del sábado 31 de julio, el Sindicato 1 de Minera Escondida informó que no hubo acuerdo en las negociaciones con la empresa australiana controladora de la mina, BHP Billiton. Por una amplia mayoría, los trabajadores rechazaron el bono de $18 millones ofrecido por la compañía y aprobaron declararse en huelga.

La propuesta de BHP fue desestimada con 2.164 votos a favor frente a los 11 que optaron por aceptar el bono por concepto de término de conflicto, ofrecido en el contexto de una negociación colectiva. Los trabajadores exigen a la empresa repartir “el 1 % de los dividendos entregados a los inversionistas extranjeros” en un bono único.

En ese contexto, Minera Escondida solicitó a la Dirección del Trabajo un nuevo plazo para extender las negociaciones con el sindicato, lo que fue aprobado y las conversaciones serán retomadas este martes.

“Luego de la confirmación de la Dirección del Trabajo, la mediación obligatoria entre Escondida y el Sindicato N°1 empezará el martes 3 de agosto de 2021 y se extenderá por 5 días hábiles”, informó la compañía en un breve comunicado.

Desde BHP apuntan a que “el interés de la empresa está puesto siempre en lograr acuerdos con sus trabajadores por lo que nos mantenemos abiertos al diálogo y a aprovechar todas las instancias disponibles para ello. Este es el motivo para solicitar el proceso de mediación, en el cual esperamos tener una conversación con resultados positivos para ambas partes”.

Por su parte, en un comunicado de siete puntos, el sindicato -que reúne a más de 2.300 afiliados- acusa a la controladora de la minera de tergiversar su oferta, señalando que representa, más que un bono que mejora las actuales condiciones, un intento de ocultar que “se basa en la extensión de las jornadas de trabajo, en el aumento de las exigencias operacionales y en la afectación de trabajadores enfermos y contraindicados, entre otros aspectos perjudiciales, en donde los bonos por única vez sólo intentan pagar la pérdida definitiva de condiciones”.

El sindicato apuntó a que “la disputa se centra en la discusión por las condiciones permanentes” e insistió en su intención de redistribuir, en partes iguales dentro de los trabajadores de la empresa, un 1% de las ganancias que se entregan hoy a inversionistas extranjeros de la cuprífera.

“Reiteramos que la propuesta no sólo es legítima, sino que justa, ante el enorme compromiso mostrado por los trabajadores para que Minera Escondida siga funcionando a plena capacidad durante la pandemia”, remarcaron los trabajadores, quienes demandan crear un sistema de desarrollo de carrera objetivo, además de compensaciones variables en base a desempeño, el fin de “las distinciones de clase” en los beneficios educacionales de trabajadores y supervisores.

Respecto a la votación, la organización sindical apunta a que el resultado “demuestra una vez más la alta conciencia sindical de nuestras bases, las que han sabido ponderar que esta oferta no contiene ningún avance en las legítimas demandas de los trabajadores”.

“Esta votación desvirtúa completamente la versión difundida por BHP, que se trataría de una oferta que mejora las actuales condiciones, ocultando que ella en verdad se basa en la extensión de las jornadas de trabajo, en el aumento de las exigencias operacionales y en la afectación de trabajadores enfermos y contraindicados, entre otros aspectos perjudiciales, en donde los bonos por única vez sólo intentan pagar la pérdida definitiva de condiciones”, aseguran.

De esta forma, los trabajadores cierran la carta esperando a “que esta contundente votación sea el llamado de atención decisivo para que BHP inicie conversaciones sustantivas para alcanzar acuerdos satisfactorios, si es que quiere evitar un extenso conflicto, que podría ser el más costoso de la historia sindical del país”.

Los trabajadores de Escondida realizaron una de las huelgas más largas de la historia de la minería chilena en 2017, cuando paralizaron sus faenas por 44 días y generaron pérdidas de 740 millones de dólares, lo que implicó una contracción de cerca de 1,3% del PIB chileno. Además, Dicha protesta supuso la pérdida de 110.000 toneladas del metal rojo.