La ministra de Medioambiente aludió así a la crisis social que vive el país a más de 40 días del estallido social que obligó al Presidente Sebastián Piñera a declinar ser sede del encuentro de carácter internacional, trasladándose a Madrid, España, donde el país continúa liderando la conferencia y asumió esta jornada oficialmente la presidencia de la misma.
“Chile no renunció a la convicción profunda de la necesidad del pueblo chileno y del mundo entero de empujar con urgencia la acción climática”, declaró la secretaria de Estado en el discurso de bienvenida a los participantes de la cita que se prolongará hasta el próximo 13 de diciembre.
Por ello, resaltó, el país toma la presidencia de la Conferencia de las Partes para el Cambio Climático (COP25) “en representación de América Latina y el Caribe”, donde -subrayó- los países en vías de desarrollo se ven “fuertemente afectados por el cambio climático”.
Bajo ese argumento, recalcó, “la transición al desarrollo sostenible bajo en emisiones y resiliente al clima debe ser más rápida, mas inclusiva y más colaborativa”, y por eso, instó a ampliar la “ambición” en ese plano ya que enfatizó que los compromisos adoptados en 2015 en el Acuerdo de París “no son suficientes”.
“ESPERANZA O CAPITULACIÓN”
A su turno, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, señaló en su intervención que la humanidad, que sufre los estragos del calentamiento climático, debe elegir entre la “esperanza” de un mundo mejor y tomar acciones, o la “capitalución”.El mundo está en un “punto crítico”, acotó, añadiendo que “para finales de la próxima década estaremos en uno de estos dos caminos. Uno es el camino de la capitulación, en el que habremos pasado como sonámbulos el punto de no retorno, poniendo en peligro la salud y seguridad de todos los habitante del planeta”, advirtió.
“¿Realmente queremos pasar a la historia como la generación que hizo como el avestruz, que holgazaneaba mientras el mundo ardía?”, inquirió desafiante ante los representantes de unos 200 firmantes del Acuerdo de París, entre ellos unos cuarenta jefes de Estado o gobierno.
Con la misma fuerza enfatizó que el otro camino es el de la esperanza. “Un camino de resolución, de soluciones sostenibles. Un camino en el que los combustibles fósiles sigan estando donde deberían, bajo el suelo, y alcanzaremos la neutralidad en cuanto al carbono para 2050”.
Guterres también manifestó su “frustración” por la lentitud de los cambios, insistió en la necesidad de actuar de forma urgente y radical. “El Acuerdo de París de 2015 fue una promesa solemne al mundo entero”, recordó.
Los firmantes de dicho acuerdo, reunidos en Madrid hasta el 13 de diciembre, soportan una fuerte presión desde todos los frentes para acelerar las medidas con vistas a reducir más rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento a +2 °C, y preferiblemente a +1,5 °C, respecto a la era preindustrial.