En una entrevista concedida a la revista especializada en la industria audiovisual Variety y publicada este miércoles, Sarandos explicó que el festival había puesto en marcha una nueva norma que prohíbe competir a películas que no han sido distribuidas en salas francesas.
“Queremos estar en un plano de igualdad con otros cineastas”, reveló Sarandos, quien estimó que proyectar películas fuera de competición podría afectar a filmes y cineastas producidos por Netflix y les haría correr el riesgo de sufrir una “falta de respeto”.
“Creo que no nos convendría ir”, zanjó.
Netflix fue protagonista de escándalo el año pasado en Cannes al negarse a difundir en salas el filme “Okja“, producido por la compañía, para poder ponerlo a disposición de sus suscriptores cuanto antes. La sociedad presentó también en competición “The Meyerowitz Stories”, de Noah Baumbach.
El nuevo peso pesado del audiovisual mundial dijo estar abierto a la difusión de sus películas en las salas francesas, pero no a garantizar una ventana de 36 meses tras el estreno para que puedan estar disponibles en streaming (en línea).
La reglamentación francesa prevé que las películas salgan en salas, cuatro meses después en DVD o en vídeo a la carta y, al cabo de 10 meses, en televisión, pero solo pueden difundirse en una plataforma de suscripción a video a la carta (SVOD) 36 meses después de su estreno.
Esta cronología es considerada en parte obsoleta a causa del auge del pirateo y de plataformas de SVOD como las estadounidenses Netflix y Amazon.