Con un profundo conocimiento de la regulación chilena, el diario comenta el impuesto a las bebidas altas en azúcar, los sellos negros de “alto en”, la prohibición de publicitar dulces entre 6 y 22 horas, entre otros aspectos.
“En 2016 los gastos médicos por obesidad alcanzaron los $800 millones, cerca del 2,4% del total gastado en salud, una marca que según expertos alcanzará el 4% en 2030”, dice la publicación.
Además, relata la fuerte oposición de la industria alimenticia, donde PepsiCo tiene un juicio pendiente contra el Estado de Chile por lo que considera una intromisión en sus derechos de autor, pues no puede desplegar las mascotas de sus golosinas debido a la ley de etiquetado. Esto porque la legislación busca evitar que los productos llamen la atención de los niños mediante aspectos que no sean alimenticios, como juguetes o mascotas corporativas.
“Los paquetes de saborizante en polvo Nesquik ya no incluyen al hiperquinético conejo de Nestle”, se lamenta el artículo.
El reportaje incluye el testimonio de una madre que dice no prestar atención al etiquetado, pero que se ve presionada por sus hijos a buscar los alimentos que tengan la menor cantidad de sellos.
Así mismo, describe la forma en que las compañías alimenticias se han adecuado a la legislación, cambiando las recetas de sus productos para evitar los sellos negros, generando un cambio en el 20% de los productos que se venden en el país.
También señala el New York Times que otros países de la región están buscando tomar prestados elementos de la legislación chilena para combatir la obesidad en sus territorios.