El creador del movimiento Antipoesía nació el 5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alico, un pueblo cordillerano de la entonces provincia de Ñuble, en el seno de una modesta familia que lo estimuló desde pequeño en el arte popular.
Hijo del matrimonio conformado por profesor primario y músico, Nicanor Parra y la tejedora y modista de origen campesino y aficionada al canto de música foclórica, Rosa Clara Sandoval Navarrete, la infancia del literato y sus otros siete hermanos, entre los que se cuenta la cantautora y artesana Violeta Parra, fue itinerante periplo entre Lautaro, Santiago, Ancud y Chillán donde la familia por fin se estableció.
El vate nacional es el único de sus hermanos que prosiguió estudios más allá de los primarios, si bien la educación de su madre, integradora de las raíces de la cultura popular, fue fundamental en el desarrollo de todos ellos, apenas llegado a Chillán, fue matriculado en el Liceo de Hombres, donde cursó hasta el quinto año de Humanidades, según el antiguo sistema educativo chileno y donde comenzó a expresarse su veta en las letras.
Allí comenzó a escribir sus primeros versos, siguiendo el barroquismo sentimental y retórico de las fuentes a las que tenía acceso: las liras populares (publicaciones callejeras escritas en cuartetas y décimas), los poetas modernistas, y una antología de Manuel Magallanes Moure, que le facilitó en 1930 su profesor de dibujo y caligrafía, y que leyó con fascinación.
Aunque viajó a Santiago en forma independiente y sin recursos esperando ser carabinero en 1932, pero amigos de la Liga de los Estudiantes Pobres fundada por la masonería, le consiguieron una beca para concluir sus estudios secundarios en el Internado Nacional Manuel Barros Arana (INBA), donde forjó grandes amistades en torno a la literatura y donde poco a poco comenzó a gestar lo que sería más tarde su antipoesía.
Al año siguiente ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde estudió Matemáticas y Física, aunque también hizo intentos en ingeniería, derechos e inglés.
Para financiar sus estudios, continuó vinculado a su antiguo internado, trabajando como inspector en el INBA junto a otros compañeros con los que fundó la Revista Nueva, distribuida entre los inspectores, profesores y alumnos del Internado y en la que Parra realizó sus primeras publicaciones, incluyendo el irreverente cuento titulado “Gato en el camino” que le valió hasta una amonestación.
Ese mismo año se publicó la “Antología de poesía chilena nueva”, a través de la cual conoció a exponentes clave de la poesía chilena contemporánea, a los que no tenía acceso desde Chillán. Entonces comenzó a imbuirse en la obra de chilenos y españoles contemporáneos, traducciones de los surrealistas franceses y otras vanguardias europeas como el dadaísmo.
En 1937 se graduó como profesor de matemáticas de la Universidad de Chile, y comenzó a ejercer como docente en liceos de Santiago. Ese mismo año publicó su primer poemario, “Cancionero sin nombre”, muy influenciada por la obra de Federico García Lorca, y decidió regresar a Chillán para ejercer como profesor de matemáticas y física en el Liceo de Hombres.
En esta ciudad fue nombrado poeta laureado en la Fiesta de la Primavera, y se encontró por primera vez con Pablo Neruda, quien estaba de gira política apoyando la campaña presidencial de Pedro Aguirre Cerda, en representación del Frente Popular.
En 1938, su primer poemario, una obra todavía inmadura pero reveladora, recibió el Premio Municipal de Poesía otorgado por la Municipalidad de Santiago. En un acto de homenaje a Gabriela Mistral, le dedicó su poema inédito “Canto a la escuela”, y ésta, por su parte, elogió su trabajo y lo catalogó como “el futuro poeta de chile”.
En ese mismo período Nicanor Parra se introdujo en la poesía de Walt Whitman, en traducción del poeta uruguayo Álvaro Armando Vasseur.15
El catastrófico terremoto de Chillán en enero de 1939, que lo sorprendió trabajando como inspector en el Liceo de Hombres, adelantó su retorno a Santiago, donde continuó dando clases de física en su antiguo internado, y de matemáticas en la Escuela de Artes y Oficios. Ese mismo año es incluido en la “Antología 8 nuevos poetas chilenos”, al que le sucede “Tres poetas chilenos” (1942), mientras continúa investigando nuevas formas de poesía.
RAZÓN Y EMOCIÓN Gracias a una beca otorgada por el Institute of International Education, en 1943 el poeta viajó a Estados Unidos para estudiar un posgrado en mecánica avanzada en la Universidad Brown y de regreso al país entre 1945 y 1946, como físico especialista en indeterminación y relatividad, ingresó como profesor titular de Mecánica Racional en la Universidad de Chile.
Poco después, en 1948, fue nombrado director interino de la Escuela de Ingeniería de dicha casa de estudios, cargo que ocuparía durante veinte años.
En 1949, gracias a una beca del Consejo Británico, se fue a estudiar cosmología por dos años a Oxford, Inglaterra, con el connotado científico Edward Arthur Milne. Si bien asistía poco a clases, su estancia en dicho país se prolongó hasta 1952, tiempo durante el cual tuvo la posibilidad de leer ávidamente a diversos escritores europeos clásicos y de adentrarse en el psicoanálisis.
Durante este viaje contrajo matrimonio con la sueca Inga Palmen, quien lo acompañó de regreso a Chile. El mismo año de su regreso, se unió con el poeta Enrique Lihn y el artista Alejandro Jodorowsky para montar Quebrantahuesos, una exposición de poesía mural realizada con recortes de periódicos donde utilizaron la técnica del collage.
Las experiencias vividas en el extranjero, en países más desarrollados y con culturas tan distintas a la de Chile, fueron fundamentales para la gestación de su segundo poemario, “Poemas y antipoemas” (1954), donde el autor irrumpió con el nuevo concepto de Antipoesía, el cual se oponía a toda la poesía tradicional entonces imperante en Chile y que lideraban Neruda, Vicente Huidobro y Pablo de Rokha.
A partir de esta obra y esta nueva manera de hacer poesía el autor comenzaría una intensa actividad literaria y se comenzaría a hacer conocido a nivel nacional e internacional y realizar innúmeros viajes donde conoció a los escritores Artur Lundkvist y Sun Axelsson en Estocolmo en 1959. Con el primero entabló amistad y con la segunda una breve e intensa relación amorosa.
En 1968 renunció a su puesto como director interino en la Universidad de Chile y la influencia de su propuesta estética sobre la cultura nacional le valió obtener el Premio Nacional de Literatura en el año 1969.
Toda una vida dedicada a esta pasión que hoy mantiene en la serenidad de casa en la playa y donde como un roble ha visto la partida de familiares, amigos y colegas y desde donde celebró hace tres años su centenario y para el cuál se realizaron entonces varias actividades, como ha ocurrido con su hermana Violeta a quien en octubre próximo se rendirán homenajes de diverso tipo para conmemorar los cien años de su natalicio.