Ekaterina Krysova fue condenada a 11 años de prisión tras apuñalar 15 veces a Anna Belova en su hogar en la ciudad de Yekaterinburg, Rusia. El crimen ocurrió frente al hijo de tres años de la víctima.
Krysova -quien trabajó con la familia un año puertas adentro- confesó el asesinato al sentir celos de esta familia amorosa, mientras que ella no habría tenido ese mismo afecto.
Según uno de los reportes citados por Dailymail, Krysova “perdió la cabeza por los celos“, y se convenció que “ella podía ser una mejor madre para el pequeño“.
Cuando el marido de Belova tuvo problemas para contactar a la mujer, dejó su trabajo para llegar hasta su hogar, encontrando la macabra escena, con la niñera aún presente en el lugar.
“Estaba en el trabajo cuando ocurrió. Mi esposa me había llamado y la señal era mala. Entonces le dije que la llamaría después. Cuando lo hice, su teléfono estaba apagado”, dijo el viudo.
La victimaria se declaró culpable, luego de decir que “soñaba con casarme y tener niños. Fue como tener niebla en mi mente”.