La decisión mayoritaria de la Cámara de Diputados, permite el avance del proyecto que modifica el Código Procesal Penal, obligando a los sacerdotes a informar sobre hechos que violenten a menores si alguien se los confiesa.
Si bien el representante del episcopado chileno señaló a La Tercera que “en términos generales la iglesia apoya las iniciativas que ayuden a hacer justicia sobre abusos” y que por ello “la obligatoriedad de denunciar parece razonable en todos los ámbitos donde hay presencia de menores de edad, incluidos los religiosos”, precisa la confesión es un sacramento que requiere resguardo.
“El único asunto que presenta una seria dificultad es el tema particular del sigilo en la confesión, que para la Iglesia universal es un sacramento y, por siguiente, un acto de culto que está resguardado por la legislación chilena, específicamente por el Código Penal”.
Por su lado, el administrador apostólico de Puerto Montt, Ricardo Morales, indicó al diario que “me parece que el secreto de confesión es inviolable. No se puede vulnerar la conciencia de la persona que frente a Dios manifiesta sus pecados. Otra cosa es que estemos en contra de todo encubrimiento y abuso de menores”.
Subrayó que “creo que, en la misma confesión, el confesor puede tener herramientas para que una persona que confiesa una situación de abuso de menor, por ejemplo, no se le dé la absolución, si no denuncia ella, o no se le dé el perdón”, añadió.