“En la entrada había una barrera, pero esa barrera era para automóviles, no para peatones”, destacó Marcelo, uno de los padres de las pequeñas de 3 y 7 años que murieron el pasado lunes a causa de un rodado en el embalse El Yeso, situado en la precordillera de la Región Metropolitana.
La tragedia se produjo cuando el grupo de turistas que integraban y que era guiado por un operador del ramo, ingresó a un área de peligro a la que no pueden acceder vehículos ni personas debido a la caída de piedras que puede producirse a raíz de la geografía del lugar emplazado en el Cajón del Maipo.
“Subimos con varios otros grupos y paramos en una primera parte donde empieza la represa. En ningún momento habían placas de señalización de peligro o de desastre o de cualquier cosa, no existía nada; fue uno de los motivos por lo que continuamos la caminata hasta la represa”, complementó el conmocionado progenitor en entrevista con 24 Horas.
Las menores Khalida Carvalho Lisboa e Isidora Pereira Brigel Carvalho, eran hijas de dos matrimonios y vinieron a Chile con el propósito de “conocer un lindo país y para conocer la nieve” y que por intermedio de una agencia contrataron algunos paseos, uno de ellos el sector donde se produjo el accidente.
“Lo que pasó fue que con los guías de la agencia de turismo fuimos al lugar donde estaban detenidas las vans. En la entrada había una barrera, pero esa barrera era para automóviles, no para peatones”, sostuvo, añadiendo que luego comenzaron una caminata de 20 minutos hacia el embalse.
El médico de profesión prosiguió con su relato señalando que “tras cerca de una hora, escuchamos que alguien gritó ‘piedras’, y fue muy rápido. Eran piedras muy grandes que estaban cayendo. Las niñas estaban conmigo, mis hijas. Yo viajé con tres hijas, yo estaba con dos y con la niña de Jorge”, padre de una de las fallecidas.
Añadió que “en el momento en que todo pasó, infelizmente tuve que saltar y salvar a una u otra, y ellas fueron golpeadas por las piedras (…)”.
“Todo fue muy rápido y cuando pude percibir todo ya había dos niñas en el suelo, una mi hija y la hija de Marcelo, e hicimos lo que pudimos para poder salvarlas”, agregó Jorge, también médico.
Marcelo acotó que “tuve que bajar con mi hija en los brazos. Empecé a hacer solo las primeras atenciones y tuve que bajar con ella en los brazos todo el camino y cuando llegué abajo, infelizmente no había una ambulancia que podría haber tenido algún soporte avanzado para ayudar en la situación”.
Ambos padres enfatizaron que en todo momento “las niñas estuvieron acompañadas por adultos”.
La esposa de Marcelo y madre de una de las pequeñas dijo que cuando vio a su hija en el suelo, “fue desesperante. Ahí mi esposo comenzó el atendimiento y alcancé a ver a mi hija con vida y ella pudo hablarme. Infelizmente, ellas fallecieron. Había otros médicos y ellos trataron de hacer todo”.
https://lanacion.cl/2019/06/03/dos-ninas-brasilenas-murieron-tras-un-rodado-en-san-jose-de-maipo/
La tragedia se produjo cuando el grupo de turistas que integraban y que era guiado por un operador del ramo, ingresó a un área de peligro a la que no pueden acceder vehículos ni personas debido a la caída de piedras que puede producirse a raíz de la geografía del lugar emplazado en el Cajón del Maipo.
“Subimos con varios otros grupos y paramos en una primera parte donde empieza la represa. En ningún momento habían placas de señalización de peligro o de desastre o de cualquier cosa, no existía nada; fue uno de los motivos por lo que continuamos la caminata hasta la represa”, complementó el conmocionado progenitor en entrevista con 24 Horas.
Las menores Khalida Carvalho Lisboa e Isidora Pereira Brigel Carvalho, eran hijas de dos matrimonios y vinieron a Chile con el propósito de “conocer un lindo país y para conocer la nieve” y que por intermedio de una agencia contrataron algunos paseos, uno de ellos el sector donde se produjo el accidente.
“Lo que pasó fue que con los guías de la agencia de turismo fuimos al lugar donde estaban detenidas las vans. En la entrada había una barrera, pero esa barrera era para automóviles, no para peatones”, sostuvo, añadiendo que luego comenzaron una caminata de 20 minutos hacia el embalse.
El médico de profesión prosiguió con su relato señalando que “tras cerca de una hora, escuchamos que alguien gritó ‘piedras’, y fue muy rápido. Eran piedras muy grandes que estaban cayendo. Las niñas estaban conmigo, mis hijas. Yo viajé con tres hijas, yo estaba con dos y con la niña de Jorge”, padre de una de las fallecidas.
Añadió que “en el momento en que todo pasó, infelizmente tuve que saltar y salvar a una u otra, y ellas fueron golpeadas por las piedras (…)”.
“Todo fue muy rápido y cuando pude percibir todo ya había dos niñas en el suelo, una mi hija y la hija de Marcelo, e hicimos lo que pudimos para poder salvarlas”, agregó Jorge, también médico.
Marcelo acotó que “tuve que bajar con mi hija en los brazos. Empecé a hacer solo las primeras atenciones y tuve que bajar con ella en los brazos todo el camino y cuando llegué abajo, infelizmente no había una ambulancia que podría haber tenido algún soporte avanzado para ayudar en la situación”.
Ambos padres enfatizaron que en todo momento “las niñas estuvieron acompañadas por adultos”.
La esposa de Marcelo y madre de una de las pequeñas dijo que cuando vio a su hija en el suelo, “fue desesperante. Ahí mi esposo comenzó el atendimiento y alcancé a ver a mi hija con vida y ella pudo hablarme. Infelizmente, ellas fallecieron. Había otros médicos y ellos trataron de hacer todo”.
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