Las barras bravas ha sido un largo problema que ha debido soportar el fútbol chileno y la sociedad. Sólo el viernes integrantes de la “Garra Blanca” lograron poner en jaque la actividad al irrumpir en el estadio Bicentenario de La Florida. Carabineros está siguiendo la pistas de estos grupos y maneja una lista de más de 5 mil personas.
Hasta el momento se ha detenido a 18 personas asociadas a las “barras bravas” de Colo Colo y la Universidad de Chile. Los equipos investigativos manejan un listado de barristas que tienen prohibición de ingresar a los estadios. En esta lista, según el gobierno, existirían bandas organizadas de miembros de “barras bravas” detrás de algunos desmanes.
“Los más felices son los narcotraficantes, que pueden vender de día lo que vendían en las noches, y también sectores muy duros, no de hinchas de fútbol, sino que de barras bravas relacionadas con el narcotráfico y la delincuencia más dura, y ahí vamos a tener que profundizar en la inteligencia”, señaló la vocera de gobierno, Karla Rubilar.
Los dichos de la vocera no se alejan de lo que hoy investigan las policías, en cuanto a los grupos que están protagonizando hechos de violencia en esta crisis. Cabe recordar que el primer detenido por atentados en el Metro era miembro de la “Garra Blanca”.
Según señaló La Tercera, el foco de las autoridades estaría centrado en el grupo de barristas sancionados por los tribunales y los propios clubes, por cometer actos de indisciplina al interior de los estadios. En total, más de 5 mil personas entran en esta categoría.
Según la base de datos que maneja el Ejecutivo y la policía existen 4.318 personas con prohibición de entrar al estadio, por decisión de los equipos. Entre las faltas cometidas y que les valieron mantenerse cerca de un año fuera de los reductos deportivos se encuentran los desórdenes, incitación a la violencia, agresiones o ingresos a la cancha.
Según informe de los equipos del OS-7 y OS-9, las “barras bravas” de los clubes de fútbol presentan características organizativas que consideran, al menos, dos elementos. “El primero, su pertenencia territorial (…) Y el segundo factor que los congrega son sus propios integrantes que construyen nombres para autoidentificarse como ‘piños’, lo que se traducen en grupos con características propias e identificables”.
Hasta el momento se ha detenido a 18 personas asociadas a las “barras bravas” de Colo Colo y la Universidad de Chile. Los equipos investigativos manejan un listado de barristas que tienen prohibición de ingresar a los estadios. En esta lista, según el gobierno, existirían bandas organizadas de miembros de “barras bravas” detrás de algunos desmanes.
“Los más felices son los narcotraficantes, que pueden vender de día lo que vendían en las noches, y también sectores muy duros, no de hinchas de fútbol, sino que de barras bravas relacionadas con el narcotráfico y la delincuencia más dura, y ahí vamos a tener que profundizar en la inteligencia”, señaló la vocera de gobierno, Karla Rubilar.
Los dichos de la vocera no se alejan de lo que hoy investigan las policías, en cuanto a los grupos que están protagonizando hechos de violencia en esta crisis. Cabe recordar que el primer detenido por atentados en el Metro era miembro de la “Garra Blanca”.
Según señaló La Tercera, el foco de las autoridades estaría centrado en el grupo de barristas sancionados por los tribunales y los propios clubes, por cometer actos de indisciplina al interior de los estadios. En total, más de 5 mil personas entran en esta categoría.
Según la base de datos que maneja el Ejecutivo y la policía existen 4.318 personas con prohibición de entrar al estadio, por decisión de los equipos. Entre las faltas cometidas y que les valieron mantenerse cerca de un año fuera de los reductos deportivos se encuentran los desórdenes, incitación a la violencia, agresiones o ingresos a la cancha.
Según informe de los equipos del OS-7 y OS-9, las “barras bravas” de los clubes de fútbol presentan características organizativas que consideran, al menos, dos elementos. “El primero, su pertenencia territorial (…) Y el segundo factor que los congrega son sus propios integrantes que construyen nombres para autoidentificarse como ‘piños’, lo que se traducen en grupos con características propias e identificables”.
