Raffaella di Girolamo se sinceró en una extensa entrevista y abordó cómo enfrentó el proceso judicial en contra de su expadrasto, el actor Cristián Campos, a quien había denunciando por presunto abuso sexual.
La psicóloga conversó con la Revista Ya, después de algunos días de que la Corte Suprema ratificara el sobreseimiento del intérprete, al concluir que no se podía acreditar su participación en los hechos.
En este sentido, Raffaella se refirió a la decisión de la justicia, y también entregó detalles sobre la reacción de su madre, Claudia di Girolamo, al contarle en su momento acerca de la acusación en contra de Campos.
Respecto al fallo de la Corte, indicó que “no me sorprendió. Sabíamos desde el principio que el caso estaba prescrito, por lo que la posibilidad de sobreseimiento era muy alta”.
“Sin embargo, llegamos todos como familia, y con nuestros abogados, a la misma conclusión: nadie declaró inocente al actor Cristián Campos; solo lo benefició la ley antigua, en la que estos delitos prescribían”, añadió.
A la vez, recordó el fallo del juez Edgardo Gutiérrez en primera instancia. “El juez investigó en serio: fue equitativo con ambas partes, analizó en detalle las pruebas y testimonios y se formó una convicción que quedó plasmada en el fallo: Cristián Campos cometió delitos sexuales en mi contra”, sostuvo.
En cuanto a la reacción de su madre, relató que le entregó una carta en la Navidad de 2020. “Nos fuimos a su casa. Yo estaba nerviosa y le dije: ‘Por favor, lee esto’. Mientras ella lo hacía, yo tomaba agua. Cuando terminó me abrazó, fue un espacio de ven para acá. Fue un momento en que volví a tener calma… por supuesto hubo lágrimas, pero lo más importante es que me miró y me dijo: ‘yo te creo. Rafa, yo te creo’. No olvido esas palabras”, expresó.
“Ella siempre ha estado. Su lealtad es rigurosa, inquebrantable. Nadie es más leal que mi madre. Ella no dudó en creerme, en acompañarme y en sostenerme”, remarcó.
Además, manifestó que “esa confianza fue sanadora, porque me permitió sentir que ya no estaba sola ni cargando con un secreto imposible de seguir llevando. Con ella pude volver a tejer un vínculo basado en la verdad, en la escucha y en el cuidado”.
Asimismo, sobre la reacción de sus hermanos Pedro y Antonio, mencionó que “hicimos el mismo proceso que con mi madre: escribimos una carta y se la entregamos en una reunión familiar, cada uno la leyó a su tiempo”.
“Lo primero que hizo el mayor, Antonio, fue acercarse a mí y me dijo: ‘Tú nunca vas a estar sola’. Después Pedro me dijo: ‘Yo te creo’. Fue un momento familiar de conversaciones más íntimas”, puntualizó.