El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, anunció que su país había pedido una reunión pública del Consejo de Seguridad sobre el caso Skripal para este jueves.
Rusia quiere que la reunión examine “en particular la carta de la primera ministra británica Theresa May” acusando a Rusia del envenenamiento de Skripal, de 66 años, y de su hija Yulia, de 33.
El gobierno ruso niega categóricamente cualquier implicación en este caso y denuncia “una provocación” occidental y una “campaña antirrusa”.
El Consejo de Seguridad ya celebró el 14 de marzo una reunión de urgencia sobre esta cuestión, en aquella ocasión por iniciativa británica.
Ante la OPAQ, el Reino Unido mantuvo el miércoles sus acusaciones contra Rusia, a la que considera responsable del ataque cometido con un agente neurotóxico el 4 de marzo en Salisbury, en el suroeste de Inglaterra.
Los representantes de los 41 miembros del consejo ejecutivo de la OPAQ se reunieron a puerta cerrada en la sede de la organización en La Haya para examinar esa posibilidad, en un caso que ha llevado a la mayor tensión entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría, con la expulsión recíproca de más de 300 diplomáticos.
Los diplomáticos estadounidenses expulsados por Rusia y sus familias abandonaron por su parte la embajada en Moscú a bordo de varios autobuses este jueves, último día del plazo que les habían dado para salir del país.
En un ambiente tenso, Rusia, que había pedido la reunión de la OPAQ, no pudo lograr que la organización la incluyera en la investigación sobre el envenenamiento de Skripal.