Este miércoles se publicó un informe de la Unidad de Inteligencia de The Economist donde compara la respuesta dada por 21 países pertenecientes a la OCDE y señala que Chile reaccionó “bien” ante la pandemia por Covid-19.
Según la publicación británica, la respuesta de nuestro país “es comparable al de Francia o Estados Unidos, y mucho mejor que el de Reino Unido, por ejemplo. Esto muestra que los países más ricos no necesariamente abordaron mejor la pandemia que los menos ricos”.
The Economist señaló que los países que tuvieron un mejor desempeño son Nueva Zelanda, Austria, Australia, Dinamarca, Islandia, Israel, Noruega y Alemania, mientras que los de peor respuesta fueron Italia, España, Reino Unido y Bélgica.
Chile quedó en una categoría junto a países como Portugal, Francia y Estados Unidos, los que “abordaron bien la pandemia”, mientras que “a Japón, Países Bajos, Corea del Sur, Suecia y Suiza les fue un poco menos bien”.
Con respecto a los de mejor desempeño, se señala que “estos países han registrado hasta ahora un bajo número de muertes adicionales durante la pandemia, han puesto (en marcha) programas sólidos de seguimiento y pruebas y han continuado brindando atención médica a pacientes sin coronavirus”.
Agregó que es “una hazaña particularmente impresionante, dado que en la mayoría de estos países los mayores de 65 años (la más afectada por el Covid-19) representan un importante parte de la población”.
Mientras que en relación con los países de peor reacción dijo que “es parcialmente comprensible en el caso de Italia y España: estos países fueron los primeros en Europa en ser golpeados por la pandemia y tuvieron poco tiempo para prepararse”.
“Es más difícil explicar la mala puntuación del Reino Unido. La conectividad global del Reino Unido, y especialmente de Londres, puede ayudar a explicar su alto número de muertos en exceso (a principios de junio, las estadísticas muestran que el número de muertes adicionales por millón de personas es el segundo más alto del mundo, después de España), pero el país tuvo una acumulación de casos más lenta que otros (…) y más tiempo para prepararse”, sostuvo.
“Una respuesta insuficientemente rápida y coordinada, una falta inicial de capacidad de prueba y la decisión de suspender el seguimiento a principios de marzo pueden ayudar a explicar por qué el Reino Unido se convirtió en un caso atípico”, agregó.
