La prueba nuclear, la más potente llevada a cabo por el régimen norcoreano, se realizó de manera subterránea en el noreste del país y causó el derrumbe de un túnel que acabó con la vida de cien trabajadores.
Fuentes de Corea del Norte citadas por Asahi TV aseguran que otras cien personas fallecieron cuando acudieron al rescate de los afectados y un segundo temblor causado por la detonación provocó un nuevo hundimiento. Desde esta última prueba en la base de Punggye-ri, al nordeste de Corea del Norte, se han registrado varios terremotos en el lugar del test nuclear, que según estimaciones podría haber sido de hasta 250 kilotones. Pyongyang llevó a cabo a principios de septiembre su sexta y más potente prueba nuclear hasta la fecha, en la que aseguró haber detonado una bomba H (de hidrógeno, un arma termonuclear más potente que las bombas convencionales) que puede instalarse en un misil intercontinental.
Se trató de la cuarta prueba nuclear que Corea del Norte realizó bajo el mandato de Kim Jong-un, que ha intensificado los ensayos armamentísticos del régimen comunista norcoreano.