Más allá de los nombres, el equipo que plantó Valverde en el campo mantuvo su juego de posesión de la mano de Riqui Puig y Carles Aleñá. El “Rey” se colocó como primera salida de la defensa, distribuyó el balón y controló la zona medial. Ante el ataque rival, no le importó bajar al piso y dejar la piel en cada arremetida contraria.
Los blaugranas tomaban la iniciativa sin profundidad. El primer cara a cara llegó por parte de Dembélé, quien fue habilitado magistralmente por Puig y no logró superar a un atento Santamaría que despejó a córner. En la jugada siguiente, el guardameta puso el cerrojo nuevamente para que Murillo no concretara un cabezazo frontal.
Por su parte, los “oscenses” iban a la ofensiva como podían. Las bandas eran el cuchillo, pero sin filo. Intentaban disparar cuando se les permitía sin incomodar a Marc André ter Stegen.
Los primeros minutos de la segunda etapa fueron intensos. Enric se encontró el esférico de espalda al arco tras un peligroso centro desde la izquierda y el portero alemán estiró su pierna para despejar. En el otro pórtico, Malcolm sacó un zurdazo que pegó en el vertical izquierdo.
El encuentro perdió ritmo y las ocasiones fueron escasas a través de los minutos. Ernesto Valverde intentó desnivelar enviando a Coutinho y Jordi Alba, pero no logró concretar alguna jugada de peligro. El Huesca se asomaba de vez en cuando al área de los culés, pero la solvencia defensiva fue más y el marcador no se movió en todo el partido.
El empate dejó al Barcelona liderando la liga española con 74 puntos, a doce de Atlético de Madrid, que juega hoy contra Celta de Vigo a las 12:30 horas. El Huesca se mantiene como colista con 25 unidades, a cinco de salir de la zona roja.