Alta tensión se vive en las calles de Lima, luego de la crisis política que estalló el lunes tras la decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso que le negó un voto de confianza para reformar el método para nombrar los magistrados del Tribunal Constitucional. El Parlamento respondió suspendiendo al mandatario por un año y nombrando interinamente en su lugar a la vicepresidenta Mercedes Aráoz.
Por la mañana de este martes en la capital se vieron calles cerradas y un gran contingente de la Policía Nacional del Perú (PNP) desplegado en diferentes lugares de la ciudad, según constata el diario El Comercio.
Los uniformados también procedieron a retirar a un grupo de manifestantes que tenían por objeto llegar a las puertas del Congreso.
Jorge Lam, general del PNP declaró que “se va a coordinar con el jefe de seguridad del Congreso. Van a proceder a que ingresen previa identificación las personas que el oficial de seguridad interna del Congreso haga llegar a la Policía […] [¿El ingreso de personal?] Lo decide la seguridad del Congreso y la Comisión Permanente va a poder ingresar […] Las personas que van a estar autorizadas a ingresar al Congreso será por los jirones Áncash y Ayacucho”.
En las afueras del Palacio de Gobierno también existe un gran contingente policial tanto de a pie como motorizado, resguardando los alrededores.
Esta situación ha provocado que varios negocios del Centro Histórico se encuentren cerrados y el acceso muy restringido.
Tras el anuncio realizado el lunes por el Mandatario, los jefes de las Fuerzas Armadas reafirmaron su lealtad Vizcarra, acudiendo por la noche a la sede de gobierno para expresarle su respaldo.