Francisco Albornoz, un joven de 21 años que trabajaba como farmacéutico y residía en la comuna de San Bernardo, fue hallado sin vida en el río Tinguiririca, en la Región de O’Higgins, días después de su desaparición, transformando su caso en una tragedia que conmocionó al país.
La investigación del caso está catalogada como homicidio calificado, y el pasado sábado, la familia del joven asistió al Centro de Justicia para presenciar la audiencia de formalización de los dos imputados: Christian González y José Miguel Baeza, quienes quedaron con la medida cautelar de prisión preventiva.
A más de una semana del hallazgo del cuerpo, Jacqueline Díaz, madre de Francisco, habló con 24 Horas para rememorar lo ocurrido con su hijo y expresar su dolor. En ese contexto, condenó fuertemente a los acusados, señalando que “me quitaron la mitad de mi corazón”.
La madre aseguró que continuará exigiendo justicia y que no detendrá su lucha, declarando: “No me van a devolver al Francisco, pero sí se va a hacer justicia por todo lo que le hicieron, porque Francisco no sabía con lo que se iba a encontrar”.
Díaz también relató sus sensaciones el día de la muerte de su hijo, afirmando que “sentía algo muy extraño en mi corazón y después, como que ya no sentí nada”.
MADRE DE FRANCISCO ALBORNOZ DICE QUE TODO FUE “UN PLAN MACABRO”
A medida que se conocen más detalles de la noche en que murió Francisco, su madre sostiene que “lo encuentro un plan muy macabro, y ellos dicen que estaban choqueados, no. Una mente así choqueada no hace eso. Solamente una mente enferma”.
Jacqueline Díaz también cuestionó duramente el rol de uno de los imputados, quien es médico, manifestando: “El doctor se supone que él está para salvar vidas y en su declaración él dice que Francisco empezó a convulsionar, pero si él no podía ayudarlo con la reanimación, ¿por qué no llamó a Carabineros o a la ambulancia siendo médico?”
