En el marco de la cuenta pública de su sexto año de gestión en Tarapacá, el fiscal Raúl Arancibia se refirió al aumento de delitos violentos en la región, la cual se ha visto remecida con casos como el de secuestro y homicidio a un comerciante o el ataque a dos carabineros durante un control en la playa Cavancha de Iquique.

El persecutor informó que las denuncias disminuyeron un 8% en 2021 respecto al año anterior, lo que estuvo relacionado -entre otros aspectos- con la caída en un 50% de los delitos contra la salud pública y de un 74% en el ingreso ilegal de extranjeros, que dejó de ser delito en abril.

En contraste, se incrementaron delitos violentos como homicidios (183%), tráfico de drogas (42%), tráfico de migrantes (501%), porte de arma cortante (124%) y robos con violencia e intimidación (18%).

En ese contexto, Arancibia advirtió que la permeabilidad en la frontera y la crisis provocada por una migración “masiva y totalmente descontrolada” han “modificado inevitablemente la criminalidad que conocíamos, con el surgimiento de organizaciones y bandas criminales extremadamente violentas”.

“El surgimiento de estas bandas ha sido sostenido y día a día van ocurriendo nuevos hechos que nos sorprenden primero, pero desgraciadamente pareciera que uno tiende a ir poco a poco acostumbrándose. Esto es lo que no debemos permitir, nuestra región no puede perder la condición de zona segura y atractiva para vivir”, señaló el jefe del Ministerio Público en la región.

Por otro lado, el fiscal aseguró que la pandemia del Covid-19 y sus restricciones no han influido en el desplazamiento de personas. “Y contrario a lo que uno podría pensar por este motivo, durante este periodo se han incrementado los delitos de mayor connotación social, agregándose nuevos fenómenos criminológicos de gravedad”, añadió.

Además, remarcó que “las características de nuestra región han favorecido la proliferación de fenómenos delictuales propios de zonas fronterizas”.

“A los habituales delitos de contrabando o tráfico de drogas se suman el aumento del delito de trata y tráfico migrantes, el tráfico de armas y con ello el auge de delitos asociados al crimen organizado, lo que se ha transformado en un problema recurrente y que se agrava por la permeabilidad de nuestras fronteras, favoreciendo el masivo aumento de la migración irregular”, agregó.

Al concluir, indicó que “creo firmemente que todo esto se puede remediar y todavía estamos a tiempo de hacerlo, pero solo será posible cuando todos sinceremos y reconozcamos que enfrentamos un grave problema, que requiere de una política de Estado que vaya más allá del gobierno de turno”.