El 6 de julio, Saman Kunan, un buzo que había estado en la marina tailandesa y que trabajaba como voluntario en el rescate, falleció cuando intentaba establecer una línea de suministro de oxigeno con la cavidad donde estaban bloqueados los niños.Los futbolistas, de entre 11 y 16 años, no conocieron la noticia hasta el sábado.
“Todos lloraron y expresaron su pésame escribiendo mensajes en un dibujo del capitán de corbeta Saman y observaron un minuto de silencio por él”, dijo en un comunicado Jedsada Chokdamrongsuk, el secretario permanente del ministerio de Sanidad.
La mayoría de los doce niños atrapados durante dos semanas en una cueva en Tailandia, que dejaron esta semana el hospital, realizarán un retiro espiritual en un templo budista antes de volver a la vida normal, anunciaron este domingo las autoridades locales.
“Realizarán un retiro de nueve días“, declaró a la prensa el gobernador de Chaing Rai, Prachon Pratsakul. “Once (de los doce niños)serán novicios y su entrenador se hará monje”, explicó haciendo referencia al entrenador de fútbol Ekkapol Chantawong, que ya ejerció como novicio y ayudó a los niños a mantener la calma en la cueva hasta que fueron rescatados entre el 8 y el 10 de julio.