Con una inversión total de US$11 millones de dólares y tras 12 meses de trabajo se cortó la cinta del nuevo edificio de Virutex Ilko en la Zona Franca del Cauca, Colombia.
Abril comenzó de la mejor manera cuando se inauguró la primera planta de producción de la empresa nacional Virutex Ilko, paso fundamental en la estrategia para robustecer su presencia en el mercado latinoamericano y doblar sus utilidades – de US$ 150 a US$ 300 millones- para el año 2020. El punto para concretar esta meta es el pequeño poblado de Caloto, en el valle del Cauca, idóneo por su estratégica posición, cercana con el puerto de Buenaventura en el Pacífico e inmersa en un área exenta de impuestos, una de las 111 zonas francas que detenta Colombia. En dependencias de la Zona Franca del Cauca, Eduardo Jilberto, gerente general corporativo de Virutex Ilko, y Juan Pablo Rivera, presidente del Grupo ZFB –Zona Franca de Bogotá- se daban la mano, sonreían y agradecían mutuamente. Rivera es el líder de un holding que administra el 33% de las zonas liberadas de franquicias en Colombia y fue el socio ejecutor de la construcción de la planta, avaluada en US$ 9 millones, bajo el mecanismo de Built to Suit –construcción hecha a la medida- que será pagada en un arriendo a largo plazo por la empresa chilena. El recinto de 14.200 m2 tendrá una inversión adicional de US$ 2 millones, para nuevos equipos y estimándose que se empleen en la fábrica 300 operarios. Con esto la compañía busca posicionarse más en el mercado centro y sudamericano, convirtiendo a Colombia en un estratégico HUB (centro de operaciones). “Nosotros como compañía creemos en Colombia hace mucho rato, desde el año 1995. Nuestra filial en Colombia se transformó de ser la tercera o cuarta, a ser la segunda filial en importancia para la compañía y su posición estratégica la hace un HUB para el continente. El sueño es que en cada casa de Latinoamérica haya al menos un producto nuestro”, cuenta en exclusiva para La Nación, Eduardo Jiliberto. La afinidad comercial que se originó con el Grupo ZFB, sumada a una atractiva oferta comercial y la cercanía del puerto de Buenaventura, lugar en que se desarrollan la mayor parte de las actividades de comercio exterior de la empresa, provocaron que se eligiera al Cauca, por sobre otros lugares de Colombia. Las ventajas comparativas que está dando el gobierno de Santos en materias de inversión prevén al año 2024, según datos de ProColombia, ingresos por US$ 36 billones. La estabilidad histórica de esta nación en materias económicas ha sido gravitante a la hora de ser elegida como punto de inversión. Su crecimiento constante y el reciente proceso de paz, han llevado a Colombia a ser la segunda preferencia para los capitales chilenos. Perú, otro de los lugares históricos para la inversión, se ha visto convulsionado con la reciente crisis presidencial que terminó con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, cuestión preocupante para el grupo ya que efectuó recientemente una inversión de US$ 2 millones en tierras incas: “Creemos que, sin duda, cuando están pasando cosas como las que están pasando en Perú la confianza se afectada y es posible que eso afecte al consumo, sin embargo creemos poder alcanzar nuestra performance. En cambio, el proceso de paz de Colombia es un avance más de este país para seguir siendo un lugar atractivo para invertir”, señaló Jiliberto. Las relaciones comerciales entre ambas naciones están en un gran momento. En la actualidad las empresas chilenas en Colombia entregan más de 18 mil puestos de trabajo. En tanto, las exportaciones colombianas hacia Chile alcanzaron en el 2017 un valor FOB de USD 1,04 millones y 7,98 millones de kilos netos, representando un 2,7% del total de importaciones en valor de Colombia con un crecimiento del 35% frente al año 2016.
