Al principio los científicos esperaban que la isla, creada por material volcánico, fuera barrida por el mar en pocos meses.
Pero la NASA dijo que la isla mostró que era más resistente de lo que se creyó en un principio, posiblemente porque la mezcla entre ceniza y aguas cálidas crearon una sustancia parecida al cemento que se conoce como toba.
Aunque la isla, que al principio medía un kilómetro por dos de largo, con una altura de 100 metros, ha sufrido una erosión significativa, según las proyecciones podría durar entre seis y 30 años. Jim Garvin, jefe de los científicos del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, esta isla ofrece una oportunidad muy poco frecuente para estudiar los ciclos de la vida en un espacio recién creado. Para él, el ambiente de Marte es similar al de una isla volcánica recién emergida del océano. Un seguimiento de cómo la vida va surgiendo en esta isla podría ayudar a los científicos a identificar lugares donde buscar evidencia de vida en Marte, dijo el experto.
“Esto es algo que nos esforzamos mucho por comprender porque podría haber producido las condiciones necesarias para la vida microbiana”, dijo.