Un juez de EEUU ordenó el pasado jueves la deportación de Juan Reyna, ciudadano mexicano que estuvo 25 años viviendo indocumentado en el país, según lo que indicó su equipo defensor.
El 3 de diciembre pasado, un juez ya había sentenciado la decisión, y ahora se confirmó nuevamente la deportación, pero aun así, tiene una última oportunidad para apelar dentro de los próximos 30 días.
La ONG Raíces formó parte de la asesoría del mexicano, y la jefa de la oficina de defensa de la organización, Erika Andiola, señaló sobre Reyna que “la lucha para que se quede en casa no ha concluido”, y que “Juan sigue determinado a apelar la decisión”, la cual se deberá presentar como última instancia frente al Consejo de Apelaciones de Inmigración.
Reyna tiene 48 años, llegó a EEUU en 1996, y desde hace más de un año está detenido, a la espera de su deportación, cerca de Austin, Texas, en un centro del servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés).
“No soy un peligro para la sociedad. No soy una amenaza para este país (…) Lucho por salir adelante. He trabajado por este país que me ha dado muchas cosas, y le doy gracias porque me ha tratado bien. He tenido mucho trabajo”, señaló el mexicano, que ha tenido que estar separado de su esposa e hijos.
El caso de Reyna ha tenido mayor revuelo dado una promesa de campaña que realizó el presidente Joe Biden, en que se comprometió a regularizar a 11 millones de inmigrantes indocumentados, entre ellos el mexicano, algo que hasta ahora no podido cumplir.
