El Kremlin descartó este jueves cualquier cesión territorial a Ucrania en el marco de las futuras negociaciones de paz, horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugiriera públicamente que su homólogo ruso, Vladimir Putin, debería hacer algún tipo de concesión a la parte ucraniana.

Trump afirmó que Kiev podría “olvidarse” de entrar en la OTAN, pero advirtió que querría “recuperar” todos los territorios que pudiera, si bien Moscú siempre negó estar dispuesto a dar marcha atrás al control soberano que reivindicaba sobre varias regiones del este de Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, insistió ese jueves en que la cesión territorial “no era objeto de debate”, ya que las zonas conquistadas eran ahora parte inalienable de Rusia, como quedó estipulado en la Constitución, según informaron las agencias rusas.

En esta misma línea, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, incidió en el hecho de que el propio Trump reconoció que sería “difícil” este tipo de concesiones, lo que, a su juicio, “demostraba que todo el mundo entendía” cuál era la posición rusa en ese momento.

Moscú insistió en cualquier caso en que no habría “soluciones rápidas” al “problema” que estaba entonces sobre la mesa y al deshielo de las relaciones con Washington. Peskov confiaba en que las dos potencias mantuvieran esa misma “voluntad política” y señaló que, “si estaban dispuestas a escucharse”, el diálogo podría llegar a buen término.

Delegaciones de Estados Unidos y Rusia se citaron ese jueves en Turquía para seguir hablando sobre cómo restaurar las relaciones, después de que la semana pasada se celebrase una primera toma de contacto entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en Arabia Saudí.