La entrevista de Jordi Castell con The Clinic, elogió a la convencionalista Teresa Marinovic y la comparó con Kenita Larraín, generó diversas opiniones en redes sociales.
“La encuentro brillante. La Tere Marinovic es nuestra nueva Kenita Larraín. Independiente de que piense distinto a ella, es lejos de lo más atractivo que hay como personaje. Astuta, inteligente, cojonuda. Me encanta”, dijo en la ocasión el fotógrafo.
Entre las críticas que recibió Jordi, fue de parte del influencer David Nicolás, quien le dedicó un tuit:
“Me carga Jordi. Una vez me dijo que era obvio que me iban a discriminar si andaba vestido y maquillado como lo hago. Viejo rancio”, escribió en su cuenta de Twitter.
Pero Jordi no se quedó callado por sus declaraciones y le contestó fuerte y directo en una publicación que compartió en Instagram.
“Tuve que ponerme mascarilla, lo siento. Pero es que no pude con tanta mediocridad junta. Como hay tantas malas versiones de Pikachú, aparece un niño que se jura hijo de la plaza de la dignidad a injuriarme en base a la entrevista que di hace un par de días, inventando cosas que nunca dije”, comenzó escribiendo Castell.
Y agregó: “Entonces es bueno repasar que en el 89, un año después que ganó el NO, opción por la que voté, tuve el honor de trabajar en las fiestas Spandex y hasta me vestí de Madonna una noche y actué frente a cuatro mil personas. Un país donde todos los de mi género éramos tratados como sidosos y raros, por decirlo de una forma diplomática. He pasado una vida apoyando, compartiendo, respetando y visibilizando a cuanta diferencia haya en torno a la comunidad Lgbtq+ a la cuál pertenezco con orgullo”.
Por último, Jordi aclaró que “como el humor negro es para gente elevada, no puedo responsabilizarme porque alguien que reprobó el ramo de peluquería no entienda que si estoy hablando de una señora que es de extrema derecha aludiendo a lo decadente de estar en política por espectáculo y no por vocación de servicio público, lo lamento. No me puedo hacer responsable si escogió un color de labial inapropiado. Jamás podría cerrar filas con alguna figura de nuestra fauna política que me trate como anómalo, enfermo o raro a mí o a cualquiera que sienta distinto”.
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