Un padre presente e involucrado en el cuidado y crianza de sus hijos e hijas, impacta positivamente en su crecimiento y bienestar, y facilita experiencias positivas durante toda su vida, tanto físicas como sociales y emocionales. Es por ello que Unicef, en el marco del Día del Padre, promueve el ejercicio de una paternidad activa para que los papás participen en todos los ámbitos de la vida de los niños, niñas y adolescentes.
Una paternidad activa implica que los padres sean parte de la crianza y cuidado de los hijos e hijas, haciéndose cargo de estimularlos desde los primeros días de vida, de asistir a los controles médicos, de acompañarlos en actividades lúdicas y escolares, de poner límites con cariño y respeto, y de compartir las tareas domésticas con la madre.
Según datos de la encuesta ELPI 2017, las actividades de cuidado cotidiano de los niños y niñas son realizadas en su mayoría por las madres. Por ejemplo, dar la comida es una actividad realizada por el 71% de las madres mientras que por el 52% de los padres, o bañar a los niños lo hacen el 71,2% las madres, mientras que solo un 34,9% de los padres
El representante adjunto de Unicef, Glayson Dos Santos, explicó que para Unicef “todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a tener un padre presente y cariñoso, que los cuide y se involucre en su desarrollo con amor y respeto. El vínculo entre padres e hijos es una conexión que dura para toda la vida”. A ello agregó que los padres necesitan tiempo para ejercer su paternidad y que para ello requiere apoyo desde las políticas públicas. “Es necesario que los papás tengan una jornada laboral que les permita compatibilizar su trabajo con el cuidado de sus hijos e hijas y que puedan acompañarlos desde el día de su nacimiento”.
En este contexto, es muy importante que los padres desarrollen una relación cercana con sus hijos e hijas desde los primeros años de vida, ya la conexión se da a través del cuidado que requieren en esta etapa, entregando una crianza positiva y afectuosa, donde se incorpora el juego -apropiado para la edad- como parte de la relación. En el caso de la adolescencia, es vital que los padres mantengan la conexión a través de conversaciones abiertas y positivas, de nuevas formas de recreación conjunta, y actividades que fortalezcan la relación.
Adicionalmente según diversos estudios, un padre comprometido en la crianza fomenta relaciones de género más equitativas, ya que los niños y niñas crecen en un entorno donde existe corresponsabilidad y equidad de género.
Finalmente, fortalecer los lazos parentales es una gran oportunidad para demostrar a los niños, niñas y adolescentes la importancia de la afectividad en la construcción de un mundo mejor para todos y todas.