El vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, afirmó que células de la Mara Salvatrucha (MS) se habrían instalado en Chile.

Mediante un comunicado de la Secretaría de Prensa, indicó que a raíz del régimen de excepción que rige en su país “las pandillas emigran a países de Sudamérica para escapar”.

“Todo ese proyecto ha hecho que el crimen organizado vaya buscando desplazarse y una de las zonas de desplazamiento ha sido hacia el sur de América”, agregó Ulloa.

Asimismo, aseguró que “ya tenemos reportes de algunas células de la MS, la Mara Salvatrucha, que se han instalado en el norte de Chile y otros países del sur, están siendo objeto de desplazamiento”.

Autoridades en Chile han descartado la presencia de la Mara en Chile, entre ellas el jefe nacional Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de la PDI, Paulo Contreras, la ministra del Interior, Carolina Tohá, y el subsecretario de la cartera, Manuel Monsalve.

Monsalve aseveró que “no hay ninguna agencia de inteligencia de las policías que tenga información que permita a nadie en este país, decir que la Mara tienen una presencia organizada en Chile”.

“Yo me he reunido con el fiscal nacional anterior (Jorge Abbott), con el actual (Ángel Valencia) y con fiscales de la zona norte; en ninguna reunión con ellos se ha planteado la posibilidad de que las maras estén participando organizadamente en el país”, sostuvo.

El régimen de excepción que está vigente en El Salvador desde hace más de diez meses ha sido prorrogado en diez ocasiones, en el marco de la llamada “guerra contra las pandillas” que lleva adelante el presidente Nayib Bukele y que ha permitido un descenso importante en los homicidios.

Al menos 60.000 salvadoreños han sido detenidos a consecuencia de los fuertes controles por erradicar el crimen organizado, siempre con un “protocolo de guerra con amplio respeto a los derechos humanos”, según sostienen desde el gobierno.

No obstante, son varios los organismos de derechos humanos que acusan detenciones arbitrarias -como por ejemplo ante nerviosismo en un control policial o militar- torturas, desapariciones forzadas y también asesinatos en las cárceles. Además, medios de comunicación han acusado restricciones a la libertad de prensa.