Soledad Rovira, dueña del vehículo que iba ser vendido producto de una estafa en la frontera de Bolivia -y por el cual el falleció Sebastián Leiva y su acompañante Germán Gundián, menos Sebastián Cornejo-, se refirió al caso que ocurrió en febrero de 2019.

El “Cangri”, en febrero del 2019, fue hallado sin vida en la frontera con Bolivia, donde junto a otros dos hombres llegó para vender una camioneta conseguida mediante una estafa, donde, según antecedentes del caso, el nexo del negocio era precisamente Sebastián Leiva.

La dueña del mencionado vehículo, se lo habían “comprado” mediante un vale vista adulterado por un monto cercano a los 19 millones de pesos.

Soledad, en conversación con “Meganoticias”, contó detalles la supuesta “venta” de la camioneta, que terminó en estafa

“Se presentó esta persona, lo vi, es que te juro que no se veía como delincuente, no tenía cara de delincuente. Tenía la fachada de una persona trabajadora que quería comprar la camioneta para su señora, que él trabaja en el campo, etc. Nunca dude de eso”, relató la mujer.

En el reportaje contaron que el vehículo fue negociado por narcotraficantes bolivianos, y que posteriormente quedó en manos de la fiscalía de Bolivia.

Pero, las versiones del paradero del vehículo fueron cambiando y todavía no le han dado una respuesta satisfactoria para recuperarlo.

“Mi camioneta estaba junto a otras nueve, diez camionetas que habían sido robadas y rescatadas o identificadas, camionetas que no tenían, prenda ni nada, sino que eran de dueños directos para traerlas, Me hicieron firmar un documento, y se suponía que iba a ejecutar traerme la camioneta, y me la entregaban en una frontera. Aun no me dicen en cuál frontera”, aseguró la mujer.

“No voy a dejar de buscar mi camioneta. Yo no la voy a dar por perdida… Yo necesito mi camioneta de vuelta”, avisó la mujer.