La norma apunta disminuir las utilidades de estas firmas del 10% que actualmente perciben, a un rango entre 6% y 8%.
Aunque este cambio no influye mayormente en las boletas de los consumidores, sí afecta las ganancias de estas compañías que en 4 años podrían ver reducidas sus ganancias en unos US$1.200 millones.
Luego del debate en la instancvia, se acordó que la rentabilidad quedara entre un 6% y un 8% con un margen de 2% al alza, y uno de 3% a la baja, es decir entre un 10 y un 3%.
Hoy la utilidad es de un 10% con un margen al alza de un 4% y a la baja también de un 4%, es decir fluctúa la rentabilidad entre un 14% y un 6%.
Entre las 29 indicaciones que fueron presentadas, la más debatida corresponde a una que proponía que municipios, y pequeñas y medianas empresas pudieran pasar de ser clientes regulados a libres, con el fin de reducir sus costos de electricidad entre un 20% y un 30%, puesto que en ese caso, los valores se negocian directamente con las empresas generadoras.
En la actualidad se consideran clientes regulados aquellos que gastan 500 kW o menos, mientras que aquellos clientes que superan ese número son libres. Los primeros se someten al valor de las tarifas estándar de la electricidad.
La indicación pretende bajar el parámetro de manera que aquellos que gastan desde 300 kW accedan a ser clientes libres.
Ello fue aprobado y además a través de un protocolo de acuerdo con el ministro Juan Carlos Jobet, la cartera se comprometió a concretar una baja en los valores del alumbrado público que cancelan los municipios, los que tendrán el precio de cliente libre.