El Tribunal Oral Penal de Viña del Mar sentenció a Ricardo González Latorre, el “abogado del metanol”, a 20 años de cárcel por el homicidio consumado de Natalia Véliz López, y cuatro años por el caso de un sobreviviente, Luis Olivares, quien aseguró haber sido envenenado dos veces y arrojado a una fosa por el imputado.
La fiscalía había solicitado presidio perpetuo calificado lo que no fue acogido por el tribunal. Además, los jueces lo absolvieron del delito de fraude al seguro.
Durante el litigio, el fiscal de Quilpué, Hernán Silva, señaló que el condenado “es un acusado ilustrado en sistema legal y judicial, es abogado, y estimamos que hizo uso de su inteligencia en la comisión de los ilícitos, programó con anticipación los ilícitos”.
En tanto, la abogada querellante de la hija de la víctima fallecida, María Fernanda Cuevas, aseguró que “estamos frente a un asesino serial como nunca antes se había visto en este país. Esto porque usa métodos altamente elaborados y que ha actuado por completa impunidad por casi 20 años”.
INICIO DEL CASO
El caso se remonta a 2005, cuando el sentenciado contrató a Luis Olivares en Viña del Mar para realizar unos trabajos de construcción, los que nunca se concretaron.
Desde entonces entablaron una relación de amistad, hasta que el 2012 González se contactó nuevamente con Olivares, esa vez no para ofrecerle un trabajo, sino un seguro de vida. El hombre tomó el ofrecimiento e incluyó como beneficiara a su pareja.
Meses después de contratado el servicio financiero, González volvió a contactarse con quien sería su primera víctima para invitarlo a su casa, ofreciéndole diferentes tragos a quien decía considerar su amigo.
Sin embargo, según consta en la acusación de la investigación del Ministerio Público, al momento de servirle vino con frutas, habría agregado una sustancia tóxica. Se trataba de alcohol metílico, más conocido como metanol.
Tras varios sorbos, la víctima se descompensó, momento en el que según consta en la investigación fue trasladado a un sitio eriazo y lanzar el cuerpo. Pero no contaba con que el hombre despertaría horas después en muy malas condiciones de salud. Como pudo, Luis Olivares, en mal estado, salió de la fosa donde fue lanzado y buscó ayuda. Logró sobrevivir.
HOMICIDIO CONSUMADO
El homicidio consumado ocurrió el 2018. Ese año, González conoció a Natalia Véliz López, con quien supuestamente iniciaría un negocio de frutos secos. En ese contexto, el sujeto le ofreció a la mujer contratar seguros de vida, algo que finalmente se concretó y Véliz contrató tres beneficios, supuestamente para sus hijas.
El 28 de junio de ese año, el abogado le pidió reunirse, aparentemente para poner fin a la relación laboral que tenían, algo que había solicitado la propia Véliz. En esa ocasión, el sujeto la invitó a unos tragos en su vehículo, sirviéndole un vaso de whisky, y al igual que con la otra víctima, le agregaría metanol.
Tras supuestamente estar en un alto estado de ebriedad, González pasó a dejar a su casa a Véliz. Al día siguiente, la mujer no se pudo levantar de su cama, ya que tenía fuertes dolores de estómago, vómitos y mareos, aunque lo que causaba más preocupación en la víctima es que perdió la visión.
Todos estos síntomas finalmente provocaron que la mujer fuera trasladada al hospital, donde tras días internada sin diagnóstico claro, falleció el 7 de julio del 2018.
La abogada Cuevas señaló que durante todo el tratamiento hospitalario se barajaron diferentes tesis del diagnóstico. Aquello, hasta que le pidieron a una de las hijas de la mujer que revisara su teléfono, encontrando los mensajes con González.
Cuevas sostiene que en el WhatsApp de la mujer había conversaciones con el acusado en el que ella le decía “¿qué me diste?, me siento muy mal, yo antes había tomado pero ninguna caña es así, nunca me he sentido así. No puedo ver la pantalla, me cuesta escribir”. Ricardo le decía “nosotros tomamos lo mismo, duerme”.
Por lo mismo, el 1 de mayo del 2020, la PDI detuvo a González y desde entonces ha permanecido en prisión preventiva, primero en la Cárcel de Valparaíso y durante esta última etapa en el recinto penal de Quillota.
OTROS CASOS
Desde la parte querellante apuntan a otros casos. El primero se remonta al 2004, cuando María Eliana Cádiz se fue a vivir a Valparaíso con González, lugar donde finalmente fue encontrada muerta con dos impactos de bala en un basural.
En ese caso, también se cobró un seguro de vida por más de $ 100 millones. ¿El beneficiario?, el mismo profesional. En esa causa, Fiscalía decidió no perseverar en contra de González.
El 2016 también existe una causa en contra del “abogado del metanol”, en la cual un familiar de una víctima -quien murió en las mismas circunstancias que el resto- formará parte como testigo del juicio que empieza este miércoles, al igual que los familiares de la mujer asesinada el 2004.