A tres semanas de las elecciones de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) –fijadas para el 17 y 18 de noviembre-, el Movimiento Gremial UC realizó una serie de definiciones de cara al desafío electoral.
Entre las más relevantes, explica el presidente de la agrupación universitaria, Jorge Pumpin Silva, se encuentra la opción de que la FEUC abandone la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).
Para ello, los gremialistas propondrán la realización de un plebiscito a los estudiantes, para que sea la comunidad universitaria la que dirima su permanencia en dicha colectividad.
“La Confech es hace ya varios años un organismo absolutamente irrelevante para la discusión pública. Sus prioridades están mal puestas y su agenda política es la misma que la del Frente Amplio y el Partido Comunista, ser oposición obstructiva a un gobierno que no les gusta. No recuerdo en los últimos cinco o seis años ningún aporte relevante de la Confederación a la discusión nacional. Por el contrario, sus dirigentes se han convertido, en una generación dispuesta a hipotecar la democracia y el diálogo, avalando la violencia para buscar cambios que consideran necesarios o siendo cómplices de la ACES en el último boicot a la PSU, que impidió que nuestros compañeros más jóvenes rindieran la prueba más importante de su vida”, remarcó Pumpin.
El presidente de los gremialistas agrega que “es momento de que nos replanteemos nuestra presencia como Universidad Católica en la Confech”, por ser “un espacio desde el cual se han promovido prácticas y actos que han dañado profundamente la educación chilena, que además de ser irrelevante para el día a día de los estudiantes, tampoco los representa”.
“Los índices de participación y representatividad de la gran mayoría de las federaciones apenas alcanzan el 20%, la FECH es el mejor ejemplo, a los estudiantes de Chile ya no les interesa la política universitaria, en gran parte porque quienes ocupan dichos espacios dejaron de interesarse primero en las necesidades reales y concretas de los alumnos”, añadió.
Respecto del proceso constituyente que se inició el 25 de octubre con el resultado del plebiscito, los gremialistas sostienen que hay que “mirarlo como una oportunidad que implica responsabilidad”, de la cual hay que excluir la violencia.
“Es una oportunidad para dar una lección democrática a los demás países de Latinoamérica. Para lograr aquello, la redacción de una Constitución que revalorice la democracia y la representatividad de Chile, hay un primer escollo que es que nos pongamos de acuerdo transversalmente en excluir a la violencia como actor de este proceso, si cierta parte de la izquierda es ambigua o hace caso omiso de la violencia, la legitimidad de este proceso corre grave peligro”, remarcó Pumpin.