El voluntario, de 20 años, había sufrido un golpe en la cabeza que fue propinado accidentalmente por una canastilla de uno de los helicópteros que transportaba agua.
Soto había quedado con muerte cerebral y la familia decidió esta martes desconectarlo de la máquina que lo mantenía con vida. Además, determinó donar los órganos del voluntario para las personas que los necesiten.
El bombero pertenecía a la compañía de Villarrica.