El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones legislativas y presidenciales, argumentando que hay una “grave crisis política” derivada del juicio que enfrenta.
A menos de 24 horas después del arranque del proceso político en su contra, el mandatario firmó un decreto con el que ya había amenazado previamente y que obliga al Consejo Nacional Electoral (CNE) a fijar la fecha de nuevas elecciones. Los ecuatorianos estarán llamados de nuevo a las urnas para designar diputados y presidente para el periodo que resta de sus respectivos mandatos.
En un discurso a la nación dado este miércoles, Lasso aseguró que ser presidente es “un honor sin comparación” que implica “tomar las decisiones adecuadas y necesarias que cada momento histórico demanda”, y que “hoy es un día en el que tengo una obligación de dar una respuesta a la crisis política que tiene entrampado el Ecuador”.
El jefe de Estado acusó que el Parlamento, dominado por la oposición, tiene “como proyecto político la desestabilización del Gobierno, de la democracia y del Estado”, y que “no es posible avanzar” en Ecuador por la actividad de una Asamblea que no lleva a cabo tareas de “fiscalización” sino que se limita a la “obstrucción”.
Asimismo, señaló que la oposición quiere “usurpar” todos los poderes del Estado, impulsada por un “sobrehumano rencor”. “Han sido incapaces de encontrar prueba alguna en mi contra porque no hay nada que encontrar, absolutamente nada”, ha sentenciado durante su discurso, en el que ha vuelto a defender su inocencia.
El juicio se basa en una acusación por blanqueo de capitales que derivó de un acuerdo firmado por la empresa pública Flopec y que, según la Contraloría, causó al país un perjuicio de unos 6,1 millones de dólares. El contrato en cuestión sigue vigente aunque se firmó en 2020, durante el gobierno de Lenin Moreno.
“Admito errores en mi gestión, pero soy un demócrata y he procurado que las soluciones sean siempre constitucionales y legales”, zanjó Lasso, y sostuvo entender que la “aspiración mayoritaria” de la ciudadanía pasa por poner fin a una “confrontación irracional e inútil”, por lo que con los nuevos comicios los ecuatorianos tendrán “el poder de decidir su futuro” para así “recuperar esperanza”.
La medida deja margen al Gobierno para aprobar decretos de urgencia económica y el mandatario ya ha confirmado la emisión de uno que contempla una rebaja de impuestos, ya “sin bloqueos” y pendiente ahora de la revisión de la Corte Constitucional.