La expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez pidió este jueves que los miembros de su gobierno involucrados en casos de corrupción sean castigados “con todo el peso de la ley”, después de que su exministro de Gobierno, Arturo Murillo, haya sido detenido en Estados Unidos por sobornos y blanqueo de capitales.
“La corrupción es un tema que nunca acepté en mi gobierno”, señaló Áñez a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, donde lamentó que, sin embargo, hubiese funcionarios “que se alejaron de toda ética”.
“Nadie elige colaboradores para que se corrompan, y estos hechos tienen que ser castigados con todo el peso de la ley, porque hacen quedar mal al país”, agregó la expresidenta, en prisión desde el 13 de marzo. Está acusada de sedición, terrorismo y conspiración por su rol en el marco de la crisis política de 2019.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó el miércoles de la detención del ‘número dos’ de Áñez por su presunta implicación en una red de sobornos y blanqueo de capitales. Puede ser condenado hasta a 20 años de prisión si es hallado culpable. Junto a Murillo ha sido detenido su exjefe de gabinete, Sergio Rodrigo Méndez.
El Gobierno de Bolivia ya había adelantado que solicitará la extradición de Murillo, investigado en el país andino por presunta malversación por la compra con sobrecoste de material antidisturbios. En el mismo caso está imputado el exministro de Defensa de Áñez, Luis Fernando López, que salió de Bolivia tras la victoria de Luis Arce en las elecciones de octubre. Las autoridades bolivianas sospechan que está en Brasil.