La corte suprema de Brasil confirmó el jueves la anulación de las condenas por corrupción contra Luiz Inácio Lula da Silva, lo que le restituyó al expresidente el derecho a desafiar en las presidenciales de 2022 al presidente Jair Bolsonaro.
Ocho de los once jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) apoyaron la decisión tomada en marzo por el magistrado Edson Fachin, quien determinó que el tribunal de Curitiba que condenó a Lula (2003-2010) por dos causas y lo procesó por otras dos no tenía competencia para hacerlo.
Fachin determinó que Lula sea juzgado nuevamente por la justicia federal en Brasilia, pero este punto será discutido por el plenario la próxima semana.
Todas esas causas, en las cuales Lula -de 75 años- siempre se declaró inocente, están vinculadas con la investigación Lava Jato sobre sobornos pagados a políticos para obtener contratos en la estatal petrolera Petrobras.
La decisión del STF no torna a Lula inocente, pero abre la puerta para que el líder se mida en 2022 con Bolsonaro, su enemigo declarado.
Por ahora, Lula se ha abstenido de indicar si asumirá el rol de candidato, pero ha dejado claro que tendrá en adelante un papel protagónico para desbancar al mandatario.
En una entrevista con la televisora argentina C5N, el exmandatario dijo que sus abogados probaron que las condenas en su contra eran “una farsa” y reiteró que, “si es necesario”, sería candidato para derrotar a las fuerzas de “un fascista como Bolsonaro, un genocida por ser el mayor responsable del caos en la pandemia” de coronavirus en Brasil.
“Tengo buena salud. Pero no tengo obligatoriamente que ser yo. Podemos escoger a alguien que pueda representar a los sectores progresistas de Brasil”, agregó.
“SI LULA VUELVE”
Los jueces decidieron poco antes de la conexión semanal en Facebook de Bolsonaro, que no tardó en reaccionar advirtiendo de los riesgos de una eventual vuelta de Lula (2003-2010) al poder.
“No está empezando aquí la campaña para 2022, pero por la decisión del Supremo hoy, Lula es candidato”, declaró Bolsonaro.
“Si Lula vuelve, por voto directo, todo bien. Pero mirad cómo va a ser el futuro de Brasil con el tipo de gente que va a traer para dentro de la presidencia”, agregó.
Según sondeos, Lula es el político con más posibilidades de impedir la reelección de Bolsonaro, aunque su nombre enfrenta una fuerte resistencia en sectores de la clase media e incluso en otros partidos de izquierda o centroizquierda.
En su voto, Fachin dijo que el juzgado de Curitiba no era “el juez universal”, porque los hechos atribuidos a Lula “no están restringidos a Petrobras, sino a una extensa gama de órganos públicos”.
En una de las condenas, Lula fue declarado culpable por el exjuez Sergio Moro en 2017 de corrupción y lavado como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista ofrecido por una constructora.
Tras ser condenado en segunda instancia, en 2018, estuvo detenido 18 meses y quedó fuera de la carrera presidencial ganada por Bolsonaro ese año.
El exlíder sindical fue liberado después de que la corte suprema determinara en noviembre de 2019 que los condenados tenían derecho a agotar todos los recursos judiciales antes del cumplimiento efectivo de la pena.
Ese mismo mes fue condenado a 17 años en segunda instancia por otro caso, acusado de recibir sobornos de constructoras bajo forma de obras en un sitio en Atibaia (Sao Paulo).
Lula tiene pendientes otras dos denuncias en Curitiba, que también serán trasladadas a otro juzgado, así como por lo menos otras tres causas que ya se hallan en el Distrito Federal.