Ecuador entró en estado de excepción este jueves por orden del gobierno, a raíz de la huelga del transporte y protestas que desataron la fuerte alza en los precios de los combustibles.
El gobierno de Lenín Moreno está en el centro del descontento a causa de que el Ejecutivo quitó los subsidios al diésel y la gasolina en función de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que condujeron a un incremento de la tarifas de hasta el 123%.
Acosado por la creciente protesta, Moreno decidió recurrir a la medida de excepción para “evitar el caos”.
“He dispuesto el estado de excepción a nivel nacional”, dijo el mandatario tras reunirse de emergencia con su gabinete.
En principio la medida -que le permite restringir derechos como el de la libre circulación, emplear la fuerza armada para el control público o imponer la censura previa a la prensa- estará en vigor durante 60 días, según informó el gobierno de Lenín Moreno.
El Ejecutivo enfrenta las primeras consecuencias del convenio que suscribió en marzo con el FMI para obtener créditos ante el elevado endeudamiento público de la dolarizada economía.
Los transportistas pararon en varios puntos y universitarios salieron a las calles en Quito en el marco de la mayor huelga en Ecuador desde la llegada de la izquierda al poder en 2007.
Las manifestaciones derivaron en algunos incidentes entre policías y personas que bloqueaban vías con neumáticos en llamas. Según la ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo, hay 19 detenidos.
Protestas sociales se saldaron con el derrocamiento de tres mandatarios entre 1996 y 2007, período en que Ecuador tuvo siete presidentes.
“Protesto por el presidente Moreno, que pone estas medidas drásticas. Uno tiene hijos, recibe apenas 380 dólares (de sueldo) y no alcanzan. Qué vamos a comer”, dijo a la AFP John Urquiza, un chófer de 40 años que reclamaba en el norte de Quito.
