El Gobierno de Reino Unido informó este miércoles que el buque de la Marina Real “HMS Somerset” rastreaba los pasos de un presunto barco espía ruso en el canal de la Mancha, después de que apenas unas semanas antes fuera descubierto merodeando en la zona donde se encuentra “infraestructura submarina crítica” británica.
El pasado noviembre, un submarino de la Marina británica emergió cerca del “Yantar”, el presunto barco espía ruso, para advertirle que había estado monitoreando sus movimientos. Tras este episodio, el buque ruso abandonó aguas británicas rumbo al Mediterráneo, pero luego volvió a ser avistado en el canal de la Mancha.
En este contexto, el Ejecutivo británico destacó su “papel destacado” en “contrarrestar la creciente amenaza rusa” a las infraestructuras marítimas en aguas europeas. En los últimos meses se registraron daños en cables y tuberías submarinas, presuntamente causados por buques vinculados a Moscú.
Como parte de estos esfuerzos, Londres subrayó que la Fuerza Aérea proporcionará aeronaves a un nuevo despliegue de la OTAN diseñado para “fortalecer la protección” de este tipo de infraestructuras, especialmente en el Báltico, donde a finales de diciembre se detectó el corte de cuatro cables submarinos de telecomunicaciones tras el paso del barco “Eagle S”, con vínculos con Rusia.
El ministro de Defensa de Reino Unido, John Healey, envió un mensaje directo al presidente ruso, Vladimir Putin, advirtiéndole de que Londres era consciente de las acciones de Moscú y que no dudaría en “adoptar medidas enérgicas para proteger a Reino Unido”, según un comunicado del Ejecutivo británico.
“La seguridad nacional es el primer deber de nuestro Gobierno”, afirmó Healey. Junto con la Fuerza Expedicionaria Conjunta y los aliados de la OTAN, están reforzando su respuesta para garantizar que los barcos y aviones rusos no operen en secreto cerca del territorio del Reino Unido o de la OTAN.
El ministro Healey aseguró que Londres continuaría “denunciando la actividad maligna que dirige Putin” y tomaría “medidas enérgicas” contra la ‘flora rusa en la sombra’, un grupo de buques extranjeros a través de los cuales Rusia opera para eludir las sanciones impuestas por la Unión Europea como respuesta a la invasión de Ucrania.