El ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, quien señaló que podría hacer uso de sus facultades especiales para expulsar a Novak Djokovic del país al cancelar su visa por segunda vez, cumplió este viernes su promesa, lo que dará paso a la eventual deportación del serbio.
“Hoy he ejercido mi poder bajo la sección 133C(3) de la Ley de Inmigración para cancelar el visado del Sr. Novak Djokovic, basado en razones sanitarias y del mantenimiento del orden por ser de interés público”, manifestó el ministro en un comunicado.
“Al tomar esta decisión, consideré cuidadosamente la información que me proporcionó el Departamento del Interior, la Fuerza Fronteriza de Australia y el Sr. Djokovic. El gobierno de Morrison está firmemente comprometido con la protección de las fronteras de Australia, particularmente en relación con la pandemia de COVID-19”, añadió.
Sin embargo, el número 1 del mundo no será deportado inmediatamente del país, ya que sus abogados se movilizaron rápidamente para poder apelar a la decisión del ministro Hawke, y en una audiencia realizada de urgencia este viernes, se determinó que Nole no será conducido a un centro de retención antes de reunirse con las autoridades migratorias el sábado, y no será expulsado del país hasta que la justicia se pronuncie sobre el recurso presentado en su defensa.
Djokovic, había confesado previamente que dio una entrevista estando contagiado de Covid-19 en diciembre pasado, y que debido a un supuesto “error humano”, mintió en su documentación de ingreso al país al señalar que no estuvo en otros lugares previo a su llegada a Australia, cuando en realidad viajó por Serbia y España.
De esta forma, la participación del serbio en el Abierto de Australia, donde ya fue sorteado y programado para jugar este domingo ante su compatriota Miomir Kecmanovic, corre más riesgo que nunca, y la justicia determinará en las próximas horas su futuro.
