El médico Sergio Alfieri, del hospital Gemelli de Roma y coordinador del equipo que atendió al Papa Francisco, relató este jueves cómo fueron los últimos momentos de vida del pontífice.
“Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarle pero no contestaba“, declaró Alfieri ante la prensa italiana.
La decisión de no trasladarlo al hospital se basó en el expreso deseo de Jorge Mario Bergoglio, quien quería “morir en casa”, según explicó el especialista.
“No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta que no podía hacer nada más. Estaba en coma“, agregó Alfieri.
“Ningún ensañamiento terapéutico” fue una de las directrices que dejó establecidas el Papa Francisco para su atención médica, según indicó el profesional.
En caso de pérdida de conciencia, se debía seguir lo dispuesto por su asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, “que era como un hijo para el Santo Padre”.
“Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se procediera en ningún caso a la intubación”, dijo Alfieri, quien también detalló que esa intervención “le habría ayudado a respirar, pero habría sido difícil volver atrás y extubarle, con los pulmones infectados de virus”.
Alfieri, quien operó al papa en dos ocasiones, narró que “el lunes hacia las 5:30 de la mañana recibí una llamada de Strappetti: ‘El Santo Padre está muy enfermo, tenemos que volver al Gemelli’”.
“Preavisé a todos y veinte minutos después estaba allí en Santa Marta, parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso”, recordó el médico.
El riesgo de trasladarlo era elevado. “Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, le expliqué que la hospitalización habría sido inútil. Strappetti sabía que el papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli. Murió poco después”, señaló.
CAUSA DE MUERTE DEL PAPA
En otra entrevista, Alfieri aseguró que Francisco “nunca se expuso al peligro” y que parecía haber asumido con serenidad el final de su vida.
“Es como si, acercándose al final, hubiera decidido hacer lo que tuviera que hacer. Como ocurrió en el Domingo de Resurrección, cuando aceptó la propuesta de su asistente sanitario personal Massimiliano Strappetti de dar la vuelta a la plaza entre la multitud”, comentó.
Respecto a la causa de la muerte, el médico explicó que “fue uno de esos infartos que te llevan en una hora, quizá se inició un émbolo y ocluyó un vaso sanguíneo del cerebro”.
“Quizá hubo una hemorragia. Son sucesos que le pueden ocurrir a cualquiera, pero los ancianos corren más riesgo, sobre todo si se mueven poco”, añadió.
Según el parte de defunción oficial, firmado por Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, la muerte ocurrió a las 7:35 horas locales del 21 de abril, en su apartamento de la Casa Santa Marta.
La causa del fallecimiento fue un ictus cerebral, que derivó en un coma profundo y posteriormente una parada cardiocirculatoria, conforme al informe médico.