El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, regresó este jueves al país tras permanecer tres meses en Estados Unidos, en un retorno que congregó un fuerte dispositivo de seguridad en el aeropuerto de Brasilia.

El vuelo comercial de la aerolínea Gol, procedente de Orlando, aterrizó 25 minutos antes de lo que tenía previsto debido a razones de seguridad y la salida del exmandatario no fue por la entrada principal, donde era esperado por decenas de seguidores y periodistas.

Bolsonaro, quien enfrenta varias investigaciones judiciales, se dirigirá a la sede del Partido Liberal (PL), donde será recibido por su esposa Michelle y por el presidente de la formación, Valdemar Costa Neto, en un acto privado.

El líder ultraderechista residirá en una mansión cedida por el partido, colectividad de la que será su presidente honorario a partir de la próxima semana.

Según informó su partido, el exjefe de Estado no contempla realizar discursos públicos en el aeropuerto ni en la sede del PL, pese a que sus seguidores se han acercado a ambos establecimientos para darle la bienvenida.

Por su parte, las autoridades regionales de Brasilia anunciaron este jueves que establecerán bloqueos en torno a los edificios públicos de la Explanada de los Ministerios, lugar en que se encuentran los tres poderes, con el fin de evitar disturbios.

Cabe recordar que el pasado 8 de enero, miles de seguidores de Bolsonaro invadieron y destruyeron las sedes de la Presidencia, el Congreso Nacional y el Tribunal Supremo a tan solo una semana de la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva.

Antes de su embarque en Orlando, Bolsonaro declaró a CNN Brasil que no liderará la oposición al gobierno de Lula, pero que aportará con su “experiencia” de más de treinta años en política “para cambiar lo que se necesite ser cambiado” en Brasil.

“No se necesita hacer oposición a este Gobierno. Este Gobierno es una oposición por sí sola dada la calificación de aquellos que lo componen”, agregó.