Los centros de votación de Virginia abrieron a las 6:00 locales (8:00 hora chilena), en una jornada en la que una docena de estados elegirán a casi la quinta parte de los delegados republicanos y un cuarto de los demócratas a sus respectivas convenciones para nominar a los candidatos a los comicios presidenciales de noviembre.
El estado de Virginia, en la costa este de Estados Unidos, abrió sus centros de votación para las elecciones internas en los partidos Republicano y Demócrata, dando inicio a la jornada del “supermartes” con Donald Trump y Hillary Clinton como francos favoritos.
Los centros de votación abrieron a las 6:00 locales (8:00 hora chilena), en una jornada en la que una docena de estados elegirán a casi la quinta parte de los delegados republicanos y un cuarto de los demócratas a sus respectivas convenciones para nominar a los candidatos a los comicios presidenciales de noviembre.
El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton enfrentan una jornada crítica, que podrá dejar a ambos más cerca de una victoria consagradora en la disputa interna de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
Nada menos que 12 estados realizarán primarias partidarias en una jornada en que serán escogidos 19% de los delegados internos por el partido Demócrata y 24% de los delegados Republicanos, siendo que en este último caso el porcentaje representa casi la mitad del número de delegados suficientes para ganar la disputa interna.
El polémico multimillonario Trump exhibe una ventaja avasalladora sobre todos sus adversarios dentro del partido Republicano: de acuerdo a un sondeo realizado por CNN/ORC Survey, tiene aproximadamente el 49% de las intenciones de voto, más que todos los otros aspirantes sumados.
Empresario sin cualquier experiencia política, Trump es públicamente ignorado por la dirección del partido Republicano, pero una victoria consagradora este martes lo pondrá en un camino prácticamente sin retorno y dejará al centenario partido sin otra alternativa que abrazar su candidatura.
En tanto, Clinton sí tiene en su favor toda la máquina del partido Demócrata y de esa forma es franca favorita para conseguir este martes una confortable ventaja sobre el senador Bernie Sanders, un socialista democrático que defiende una nueva etapa en la política estadounidense sin la influencia del dinero y las grandes corporaciones.
ESCENARIO DESOLADOR
En el caso de Trump, su favoritismo claramente llega acompañado de una crisis sin precedentes para el partido Republicano, fundado en 1854.
Al igual que Trump, el tercer aspirante en discordia, el senador Ted Cruz, también es detestado por la dirección del partido, pero su alternativa viable, el senador Marco Rubio, parece incapaz de achicar la distancia que lo separa del multimillonario líder.
En ese cuadro, Rubio y Cruz pasaron a usar las mismas armas de Trump, y la campaña se transformó en un verdadero festival bizarro de insultos, golpes bajo la cintura y discursos con menciones a calzoncillos sucios, críticas a la cantidad de sudor o hasta alusiones a la confiabilidad de hombres con manos pequeñas.
Fiel a su estilo, el lunes Trump simplemente ignoró la indignación generalizada por su negativa a rechazar el apoyo del Ku Klux Klan y su líder, David Duke, a su candidatura (“aún no sé nada sobre él”, dijo), y en cambio en un discurso criticó el “tono patético” que usa Clinton en sus discursos.
Este lunes, en un acto público, Trump ridiculizó a Rubio por la forma en que transpiraba en el último debate, y afirmó que “no podemos tener este tipo de gente negociando con los chinos o con (el líder ruso Vladimir) Putin”.
A medida que más y más pesos pesados republicanos manifiestan su apoyo a Rubio o a Cruz, más y más sube Trump en la disputa interna, una situación que deja al partido ante la necesidad de cuestionarse en qué momento será necesario aceptar su candidatura y alinearse en su favor.
CUADRO MENOS TURBULENTO
Entre los demócratas, la situación parece menos turbulenta, en especial después de la aplastante victoria de Clinton sobre Sanders en la interna partidaria en Carolina del Sur.
La ex secretaria de Estado había iniciado la campaña como una favorita intocable, pero los dos primeros capítulos de la disputa interna (en Iowa y New Hampshire) dejaron claro que esa ventaja podría esfumarse de un minuto a otro.
Una fuerte campaña de críticas a Sanders en las últimas dos semanas pareció devolver a Clinton el liderazgo y la autoconfianza antes de una jornada fundamental como la que ocurrirá el martes.
En un acto público realizado el domingo, Clinton incluso pareció dejar atrás la fase de críticas a Sanders para concentrarse en el futuro y una disputa electoral con Trump.
“Yo no creo que Estados Unidos haya dejado de ser grande. Pienso que debemos devolver a Estados Unidos su unidad”, dijo Clinton, en una directa referencia al lema de campaña de Trump, “Devolver a Estados Unidos su grandeza”.
El sondeo de CNN/ORC halló que Clinton tiene a nivel nacional una ventaja de 55% a 38% sobre Sanders, aunque el promedio de todos los sondeos en esta coyuntura sugiere una ventaja de 47% a 42%, de acuerdo con el sitio web especializado RealPolitics.
“Preciso que voten y que traigan amigos y familiares a votar”, pidió Clinton a sus seguidores.
Sanders admitió haber sido “aplastado” en Carolina del Sur, donde el 86% de los electores demócratas negros optaron por Clinton, y su equipo de campaña concentró sus expectativas en estados como Massachusetts, Minnesota, Oklahoma y Colorado, así como Vermont, estado al que representa como senador.
SECCIÓN: Mundo
AUTOR: Ricardo Pérez V.
FUENTE: AFP