Al menos cuatro muertos y 120 heridos dejó este viernes un poderoso sismo que provocó el derrumbe de edificios en el oeste de Turquía, bajo cuyos escombros hay gente atrapada, y una subida temporal del nivel del mar.
“Cuatro conciudadanos nuestros perdieron la vida en el sismo (…). En total resultaron heridos 120 conciudadanos”, indicó el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca, en Twitter.
El movimiento telúrico, que se sintió en Estambul y Atenas, tuvo lugar en el mar Egeo, al sudoeste de Esmirna, tercera ciudad de Turquía, y cerca de la isla griega de Samos.
La magnitud del sismo, que se produjo a una decena de kilómetros de profundidad, fue evaluada por el Instituto Geofísico Americano (USGS) con una magnitud de 7 y de 6,6 por las autoridades turcas.
El alcalde de Esmirna, Tunç Soyer, afirmó al canal de noticias CNN-Türk que había recibido información sobre casi 20 edificios derrumbados.
“En este momento, hemos recibido informaciones según las cuales seis inmuebles se derrumbaron en Bornova y Bayrakli”, en la provincia de Esmirna, indicó no obstante el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, en Twitter.
“Algunos de nuestros conciudadanos están atrapados bajo los escombros”, añadió el ministro de Medioambiente, Murat Kurum.
En Bornova, los rescatistas, ayudados por habitantes y policías, intentaban abrirse paso entre los escombros de un edificio de viviendas de siete pisos con ayuda de motosierras, según las imágenes de la cadena pública TRT.
Una cadena humana intentaba despejar las ruinas pasando entre trozos de vigas y ladrillos, según estas imágenes. A veces los socorristas exigían silencio para tratar de localizar a los supervivientes.
Una joven fue sacada de los escombros de un edificio derrumbado, según CNN-Türk. Otras dos personas salieron de las ruinas de otro edificio de siete pisos, según TRT.
TSUNAMI
Señal de su potencia, el sismo provocó un tsunami en Samos, donde se registraron daños materiales, según la televisión pública griega Ert.
“Fue el caos, nunca hemos vivido eso… Hasta ahora no tenemos víctimas. Algunos edificios han sido dañados, una iglesia en particular”, situada en el puerto de Karlovassi, declaró a Ert Giorgos Dionysiou, el vicealcalde de Samos.
A pesar de las fuertes tensiones que los separan, Turquía y Grecia se comprometieron a ayudarse mutuamente.
En una entrevista telefónica, los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países “subrayaron que están dispuestos, en caso de necesidad, a ayudarse y apoyarse mutuamente”, declaró el gobierno turco en un comunicado.
La subida del nivel del mar inundó las calles de Seferihisar, ciudad turca situada cerca del epicentro, según los medios locales.
Las televisiones turcas mostraban imágenes de nubes de polvo elevándose en el cielo, mientras que los habitantes se precipitaban a la calle víctimas del pánico.
En una imagen captada por un habitante con su teléfono celular, se vio un edificio derrumbarse como un castillo de naipes, mientras que los transeúntes gritan: “¡Dios mío!”.
El movimiento telúrico fue también sentido en Estambul, capital económica del país enlutada hace 20 años por un potente terremoto.
Pero el gobernador de la provincia de Estambul, Ali Yerlikaya, señaló que no se constató ningún daño.
“Todas nuestras instituciones comenzaron a desplazarse al lugar para iniciar los esfuerzos necesarios”, declaró el presidente, Recep Tayyip Erdogan, en Twitter.
Turquía se ubica en una de las zonas sísmicas más activas del mundo. En 1999, un sismo de magnitud 7,4 sacudió el noroeste del país, causando más de 17.000 muertos, un millar de ellos en Estambul.
El pasado enero, un terremoto de magnitud 6,7 dejó unos cuarenta muertos en la provincia de Elazig (este).
En 2011, un terremoto de 7,1 en la provincia de Van dejó más de 600 muertos.