Los accionistas de Peugeot validaron este lunes la unión con Fiat Chrysler, una boda franco-italo-estadounidense concebida para alcanzar una talla crítica en un mercado automovilístico en plena revolución.
La unión de los grupos francés PSA e italo-estadounidense FCA alumbrará Stellantis, el cuarto grupo automovilístico mundial en número de vehículos vendidos y tercero en volumen de negocio por detrás del japonés Toyota y el alemán Volkswagen.
Tras el voto de los accionistas de PSA el lunes, los accionistas de FCA deberían validar la fusión el lunes por la tarde.
La fecha efectiva de la unión debería ser anunciada “muy rápidamente” según el presidente del consejo de administración de PSA y futuro director general del nuevo grupo, Carlos Tavares.
La nueva entidad, llamada Stellantis, contará con más de 400.000 empleados y albergará 14 marcas emblemáticas como Citroën y Maserati, Fiat y Opel, Peugeot y Alfa Romeo, Chrysler, Dodge o Jeep.
“Nunca tuve tantas ganas de vivir un momento de la historia como hoy”, dijo el presidente de la junta de supervisión de PSA, Louis Gallois, que se retira después de esta fusión.
“Esta fusión era una cuestión de supervivencia tanto para Fiat como para PSA”, dice Giuliano Noci, profesor de estrategia de la escuela de comercio del Politécnico de Milán.
Las marcas del grupo reducirán en particular sus costes de desarrollo y de fabricación y completarán su oferta en todas las gamas.
“Gracias a su unión con PSA, Fiat-Chrysler podrá reforzar su presencia en Europa”, dice Giuseppe Berta, profesor de la Universidad Bocconi de Milán y especialista de Fiat. “En cambio, el grupo francés podrá de nuevo poner un pie en Estados Unidos gracias a su aliado italo-estadounidense”.