Parte de la prensa estadounidense tuvo acceso a una demanda realizada por dos jóvenes de las clases de interpretación del destacado actor James Franco, acusándolo de abuso sexual.
Presentada en el juzgado de Los Angeles por Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal, la denuncia asegura que Franco y sus socios en la escuela Studio 4 “desarrollaron un extendido comportamiento inapropiado y sexualmente cargado hacia las estudiantes, sexualizando su poder de profesor a empleado, incentivándolas con oportunidades de papeles en sus proyectos”.
Según las demandantes, esto llevó “a un ambiente de acoso y explotación sexual tanto dentro como fuera de las clases”.
Las dos mujeres señalan que las clases incluían lecciones sobre escenas que consistían en “simulaciones de actos sexuales que iban mucho más allá de los estándares de la industria”. Tither-Kaplan, como ya había declarado en el artículo de Los Angeles Times, especificó en la demanda el presunto rodaje de una orgía en la que el actor simulaba practicar sexo oral a las mujeres.
No obstante, según el relato de la acusación, el intérprete quitó las protecciones de plástico que cubrían las vaginas de las mujeres antes de simular el sexo oral. La demanda exige indemnizaciones para las afectadas y la devolución o destrucción de cualquier grabación que se hiciera en Studio 4.
