Los críticos se quedaron en casa y los fans fueron al cine a celebrar el estreno de
“Bohemian Rhapsody”, película
dirigida por Bryan Singer que cuenta
los pasajes más importantes de los ingleses de Queen y Freddie Mercury, pese a las “advertencias” de que se trataba de una película irregular.
Pero el rock es así, o en el caso de la ópera rock de Queen, una cinta hecha para fans pero que escapa de la fórmula del
fan service de la franquicia Avengers y otras adaptaciones por encargo.
En “Bohemian Rhapsody”, la autodefinición de la banda como una creación de
outsiders dedicada a otros
outsiders enfrenta a esta parte de la audiencia compuesta por melómanos más exaltados que lamentan el desapego al canon más religioso del conjunto liderado por Mercury cuando se trata de fechas, eventos y personajes. Para eso habría que cuestionar -primero- que Brian May y Roger Taylor, dos fundadores del grupo, sean los productores de la historia lo que deja fuera cualquier (infeliz) intento de buscar objetividad.
Un breve repaso de los personajes relevantes de “Bohemian Rhapsody” (sin spoilers)
sirve de adelanto para quienes aún no la han visto y de material de debate para quienes ya asistieron a una experiencia que hay que gozar en formato IMAX. ¿Es esto la vida real?, ¿Es sólo fantasía?. Esta vez, eso no tiene la menor importancia.
Tim Stafell, vocalista de Smile

El
primer vocalista con el que contaron Brian May y Roger taylor (el guitarista y baterista de Queen respectivamente) era este estudiante de diseño con quien fundaron “Smile”. Lanzaron un sencillo que no tuvo mucho éxito pero que hizo que Freddie Mercury los siguiera de cerca y pasara a ser el vocalista tras la partida de Stafelli a la banda “Humpy Bong”. Antes de eso, los cuatro compartieron un departamento en los años previos a que naciera la legendaria formación. De hecho, una de esas canciones compuestas por Stafelli (“Doing All Right”) es parte del primer disco de Queen. Tim Stafell se tomó bien el éxito posterior de Queen y siguió ligado a Brian May, quien colaboró con él sus nuevos proyectos musicales.
Mary Austin, la pareja eterna de Freddie
La primera pareja de Freddie Mercury fue la más duradera en la vida del cantante. Colaboradora de una tienda en la que trabajaba Roger Taylor, baterista de Queen, la novia del frontman llegó a llevar los asuntos financieros y más personales de Mercury pese a ya no estar juntos y vincularse como mejores amigos ante la evidente homosexualidad del Freddie. Austin y Mercury vivieron pro años en departamentos contiguos y fue la primera persona a la que Freddie Mercury contó que había contraído el VIH. El cantante le pidió a ella que esparciera sus cenizas en un lugar que sólo él y ella acordaron.
Paul Prenter, el villano

Paul Prenter,
el villano de la historia a quien Brian May ha definido como “un parásito de la cabeza de Freddie Mercury”, fue el asistente del primer mánager de Queen, John Reid. Gracias a su relación íntima con el cantante de Queen escaló también como manejador de la carrera solista del cantante al quitar de en medio a Reid a través de intrigas económicas. Esto según la película. Prenter se hizo aún más tristemente célebre por ventilar secretos del extravagante cantante como sus incontables aventuras amorosas, sus excesos con las drogas y los resultados de su primer examen de VIH. Prenter falleció el mismo año que Freddie Mercury producto de complicaciones derivadas del sida.
Jim Hutton, el bueno
El barbero, jardinero y última leal pareja de Freddie Mercury fue Jim Hutton. Compartió con el cantante su amor por los gatos. La historia cuenta que lo que fascinó a Freddie Mercury de Hutton fue que este rechazó su cortejo durante más de dos años porque tenía novio. Junto a Mary Austin, Hutton también estuvo en el lecho de muerte del cantante y recibió parte importante de su fortuna en el testamento del intérprete. Jim Hutton falleció de cáncer al pulmón el año 2010 a los 60 años.
John Reid, el mánager del éxito

El mánager y pareja de Elton John,
fue promotor de EMI desde los 18 años y llegó a convertirse en el representante del sello Motown en Reino Unido. Estas credenciales le permitieron reconocer de inmediato el potencial de Queen y representarlos entre los años 1975 y 1978, periodo en que se cimentó la fama mundial del cuarteto. La partida de Reid fue en buenos términos, según ha dicho en libros y documentales. Hasta hace poco tiempo ha sido rostro y jurado de programas buscatalentos de Australia y Gran Bretaña tratando de encontrar un talento parecido al de Freddie Mercury.
Jim Beach, segundo mánager
La salida de John Reid como mánager de Queen obedecía, según la banda, a la necesidad de manejar ellos mismos los aspectos más relevantes de la creación y la gestión total. Queda así en manos del abogado Jim Beach, quien había logrado revertir las magras ganancias de la inexperta banda derivadas de su primer contrato con la productora Trident. Diez días antes de su muerte Freddie Mercury le pidió a Jim, su albacea: “Puedes hacer lo que quieras con mi imagen y mi música, pero nunca me hagas ver aburrido”.
Ray Foster, el hombre que nunca existió

Ray Foster, el
mandamás de la disquera EMI que aparece en la película “Bohemian Rapsody” en realidad es una licencia del guión que reúne en este ficticio personaje (interpretado por Mike Myers) a todos los productores, periodistas y hombres de negocios que trataron de asfixiar la vena creativa de Queen. Los biógrafos de Queen creen que comparte algunas semejanzas estéticas, expresiones y oficina con Roy Featherstone, un alto ejecutivo de la misma casa editorial que si bien fue clave en fichar a Queen para el sello, se mostró reticente a gran parte de la propuesta de la banda para el exitoso disco “A night at the opera”, incluyendo el tema que da nombre a la película “Bohemian Rapsody”.