Ucrania rechazó este lunes el ultimátum ruso para para la rendición de las fuerzas ucranianas en la ciudad portuaria de Mariúpol, que se encuentra asediada por las fuerzas rusas, y que proponían la apertura de unos corredores humanitarios para la evacuación de civiles, luego de deponer las armas.

La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, declaró esta misma jornada al diario local Ukrainska Pravda, que “no se puede hablar de entregar armas. Ya informamos de esto a la parte rusa”.

Asimismo, Vereshchuk fue más allá, y manifestó en torno a esta propuesta rusa, que “es una manipulación deliberada y es una verdadera situación de rehenes”. El ultimátum, entre otras cosas, decía que las fuerzas ucranianas debían rendirse antes de las 5:00 horas locales de este lunes.

Previamente, la noche de este domingo, el jefe del Centro Nacional de Control de Defensa de Rusia, Mikhail Mizintsev, había señalado que “llamamos a las unidades de las fuerzas armadas de Ucrania, batallones de defensa territorial y mercenarios extranjeros a detener las hostilidades, deponer sus armas y (…) entrar a territorios controlados por Kiev”.

Por su parte, el ministerio de Defensa ruso, se dirigió a las autoridades de Mariúpol en su cuenta de Telegram, expresando que “ustedes ahora tienen el derecho de tomar una decisión histórica: o están con su pueblo o están con los criminales“.

“De lo contrario, el consejo de guerra que les espera es sólo un poco de lo que merecen por su despreciable actitud hacia sus propios ciudadanos y los horribles crímenes y provocaciones que han cometido”, agregaron.

La ciudad de Mariúpol, que es un puerto ubicado al sureste de Ucrania, lleva varios días siendo un punto de bombardeos, donde según autoridades locales, más del 80% de los edificios residenciales han sufrido daños por los proyectiles rusos, y alrededor de unos 300.000 ciudadanos se encuentran atrapados, quienes se encuentran incomunicados, con necesidad de agua y comida, en lo consignado por la BBC.