A pocas semanas de las elecciones de mitad de mandato, que los demócratas buscan transformar en un referendo contra Trump, es mucho lo que está en juego.
Los testimonios de Christine Blasey Ford y de Kavanaugh, quien también ha expresado querer dar su versión a los senadores, podrían pesar sobre los comicios, pero también sobre el futuro de la Corte Suprema, que daría un giro a la derecha con la designación del juez.
Tras días de tensas negociaciones entre los republicanos de la comisión judicial del Senado y los abogados de Blasey Ford, este domingo se logró un acuerdo sobre la hora y la fecha prevista para la comparecencia de la profesora universitaria de 51 años.
“Nos comprometimos con llevar adelante una audiencia abierta el jueves 27 de septiembre a las 10:00 horas. Pese a las amenazas actuales a su seguridad y su vida, la Dra. Ford cree que es importante que los senadores la escuchen directamente”, dice un mensaje de los abogados de Blasey Ford, citado en la prensa.
El comité judicial del Senado confirmó que la próxima audiencia sobre la nominación de Kavanaugh fue programada para el jueves.
“Mi opinión es que debemos escuchar a las dos partes y asegurarnos de que lo hagamos lo antes posible”, señaló el senador republicano David Perdue a NBC.
Del lado demócrata, hay un compromiso de escuchar atentamente a Blasey Ford.
“Su historia es creíble y (…) yo quiero que ella dé su testimonio”, había dicho también Mazie Hirono, igualmente miembro de la comisión judicial del Senado, a CNN.
En su testimonio, que fue publicado inicialmente por el Washington Post, Blasey Ford explicó que Kavanaugh y un amigo, “totalmente borrachos”, la habían arrinconado en un cuarto, la tiraron sobre una cama y pretendieron desnudarla, antes de que ella lograra escapar.
La agresión habría ocurrido durante una fiesta de adolescentes en la década de 1980, en los suburbios de Washington. Ella tenía 15 años y él 17.
Kavanaugh ha desmentido la acusación.