Japón, que continúa la caza de ballenas en el marco de un programa de “investigación científica“, aboga desde hace años por una flexibilización de la moratoria internacional instaurada en 1986.
En la misión en el Pacífico, de 98 días de duración, tres balleneros capturaron 43 ballenas minke y 134 rorcuales comunes (ballenas de aleta), anunció este miércoles la Agencia de Pesca japonesa.
“Los datos se analizarán y presentarán al comité científico de la CBI, lo que permitirá mejorar los conocimientos científicos para la conservación y la gestión de los recursos cetáceos“, dijo la Agencia en un comunicado.
Japón intenta probar que la población de ballenas es lo suficientemente importante para permitir una reapertura de la caza comercial. Noruega e Islandia son los únicos países que practican abiertamente la caza de ballenas con fines comerciales.