Unos mil familiares, bomberos, policías y funcionarios se reunieron junto a las dos enormes fuentes del memorial del 11/9 para marcar el 17º aniversario de uno de los peores atentados de la historia, que derribaron en pocos minutos los icónicos rascacielos.
Policías y bomberos cargaron la bandera estadounidense hasta el “Ground Zero” y cantaron el himno. Algunos colocaron flores y pequeñas banderas junto a los nombres de sus seres queridos grabados en el memorial.
Luego, de pie en la explanada frente al museo que recuerda a las víctimas de los atentados, la multitud hizo varios momentos de silencio.
El primero fue como en años pasados, a las 8H46, la hora exacta en la cual los secuestradores del vuelo 11 de American Airlines estrellaron la nave entre los pisos 93 a 99 de la torre norte.
El segundo tuvo lugar a las 09H03, cuando el vuelo 175 de United Airlines se estrelló contra los pisos 77 a 85 de la torre sur.
Familiares de las víctimas leyeron en orden alfabético los nombres de los casi 3.000 mujeres, hombres y niños fallecidos en los ataques de Nueva York, el Pentágono y a bordo del vuelo 93 de United que se estrelló en Pensilvania, así como de los muertos en el ataque con bomba de las Torres Gemelas el 26 de febrero de 1993.
Estaban presentes el gobernador de la ciudad, Andrew Cuomo; el alcalde, Bill de Blasio; su predecesor, Rudy Giuliani -alcalde en el momento de los ataques, hoy abogado del presidente Donald Trump-, y Michael Bloomberg, alcalde desde 2003 y que presidió las obras de reconstrucción de este barrio de Manhattan.
“No es un día para hablar de política, es un tema de corazón; necesitamos estar unidos, es la única manera de enfrentar el dolor”, declaró Alice Greenwald, presidenta del memorial, al canal local New York 1.
La Bolsa de Nueva York hizo un minuto de silencio a las 09H20. Y en los cuarteles de bomberos, que pagaron un caro precio en los atentados con un saldo de 343 muertos, muchos invitaron a las familias de los miembros fallecidos a tomar el desayuno.
Además de las personas muertas o heridas hace 17 años, miles de rescatistas, policías, obreros de la construcción o residentes del Bajo Manhattan desarrollaron desde entonces enfermedades mortales a raíz del humo tóxico que emanó del lugar durante meses.