Convulsionados son los días que se han vivido últimamente en Nueva Zelanda, luego de que por tercer día consecutivo, se registraran protestas contra la obligatoriedad de las vacunas, dejando un saldo de, a lo menos, 120 detenidos.
Las manifestaciones, calificadas de “sin precedentes”, se han inspirado en el movimiento que realizan los camioneros en Canadá, que protestan por la misma causa.
En el país oceánico han replicado el ejemplo de los norteamericanos, y miles de personas se concentran frente al parlamento, de paso, bloqueando calles y rutas de acceso.
Por su parte, según consigna el diario local The New Zealand Herald, el superintendente de la Policía de Wellington, Corrie Parnell, ha manifestado que los detenidos son acusados de dañar propiedad pública y privada, y de intervenir con los trabajos de las fuerzas de seguridad.
Asimismo, la policía habría advertido este jueves, que si los manifestantes no abandonan la zona (tiene pocas probabilidades de suceder), serían arrestados. Estas personas reclaman contra una serie de medidas restrictivas que impone la autoridad sanitaria del país, que a su vez, ha sido una de las más estrictas en el mundo a la hora de llevar a cabo estas medidas.
En Nueva Zelanda, la vacunación es obligatoria para diferentes sectores de trabajo, y además, las personas inoculadas tienen permiso, por medio de un pase, para acceder a restaurantes y eventos deportivos.